Siria pide ayuda al mundo

Varios grupos de activistas han apelado a la comunidad internacional para que aumente la presión sobre el régimen de Bachar el Asad mientras crece la sangrienta represión de las protestas. Carros de combate bombardeaban este lunes por la noche Hama, pocas horas antes de la reunión de urgencia del Consejo de Seguridad de la ONU convocada tras la ofensiva militar que causó 104 muertos en esta ciudad rebelde del centro de Siria desde el domingo.

«Diez tanques están bombardeando de forma indiscriminada Dawar Bilal, un barrio residencial de la periferia de Hama», declaró un militante, contactado por teléfono, mientras se oía ruido de fondo de bombas.

Según Abdel Karim Rihaui, jefe de la Liga Siria de Derechos Humanos, se escuchan disparos en todos los barrios de la ciudad.

La agencia oficial Sana informó por su parte que «el ejército prosigue su misión en la ciudad de Hama, retirando las barricadas levantadas por grupos de saboteadores en las principales entradas a la ciudad» y dio parte de «vastos enfrentamientos» contra grupos bien organizados y fuertemente armados.

La represión llevada a cabo por las fuerzas de seguridad y el ejército contra los opositores al régimen causó el domingo un centenar de muertos en Hama, a 210 km al norte de Damasco, y otros cuatro este lunes.

En otras ciudades del país, las víctimas por la represión desde el domingo son 41, según el recuento de la AFP en base a las informaciones dadas por organizaciones humanitarias.

La violencia de la represión provocó que el domingo fuera una de las jornadas más sangrientas desde que se inició el movimiento de contestación contra el régimen el pasado 15 de marzo, lo que provocó una oleada de condenas internacionales.

Ajeno a todo ello, el presidente sirio Bashar el Asad felicitó el lunes al ejército: «Saludo a cada soldado y lo felicito al cumplirse el 66º aniversario de la creación de la Fuerza Armada árabe siria (…) que defiende sus derechos frente a los planes agresivos que atentan contra nuestro presente y nuestro futuro», dijo en una alocución.

«Estoy absolutamente convencido de que seremos capaces (…) de hacer fracasar este nuevo episodio de un complot bien urdido, que tiene por objetivo disgregar Siria, un preludio de la división de la región entera en pequeños Estados que se batan entre ellos», agregó el presidente, que este lunes visitó a los soldados heridos.

Desde el inicio de la revuelta, cuya represión causó ya al menos 2.000 muertos (1.600 civiles), el régimen acusa a «grupos armados» y a «terroristas» de extender el caos por todo el país, infiltrándose entre los manifestantes y utilizando la violencia.

El poder intenta desde hace varias semanas someter a la ciudad rebelde de Hama, donde se han llevado a cabo masivas manifestaciones contra el régimen. Hama es símbolo de la lucha contra el régimen tras la represión en 1982 de una revuelta de los Hermanos Musulmanes contra el presidente Hafez al Asad, padre del actual dirigente, que dejó 20.000 muertos.

A pesar de la represión, este lunes se celebraron nuevas manifestaciones en todo el país.

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