Benedicto XVI inicia visita de cuatro días en su natal Alemania

El papa Benedicto XVI inició su primera visita estatal a su país natal advirtiendo a los alemanes sobre los peligros de ignorar la religión, en un intento por contener la estampida de católicos, reconociendo a la vez el daño causado por el escándalo de abusos sexuales por parte de religiosos.

«Estamos presenciando una creciente indiferencia a la religión en la sociedad», afirmó en la ceremonia de bienvenida en el palacio presidencial Bellevue, insistiendo en un tema central de su papado.

El pontífice calificó la religión como los cimientos de una sociedad exitosa y afirmó que sus valores eran esenciales para la libertad.

Benedicto dijo que el palacio presidencial, destruido durante la Segunda Guerra Mundial, era un recordatorio de la historia alemana. «Una mirada clara al pasado, aun en sus períodos más oscuros, nos permite aprender y recibir ímpetus para el presente», afirmó.

El Papa nacido en Baviera fue recibido en el aeropuerto Tegel de Berlín por la canciller federal Angela Merkel y el presidente Christian Wulff al comienzo de su visita de cuatro días.

Merkel presentó el pontífice a miembros de su gabinete. Benedicto recibió después a dignatarios de la Iglesia católica alemana y a un grupo de niños que lo aguardaban con pequeñas banderas blanquiamarillas del Vaticano y le entregaron un ramo de flores.

El pontífice bendijo a los niños y después fue acompañado por Merkel y Wulff a su automóvil.

Un grupo de unos veinte manifestantes frente al aeropuerto portaban carteles que rezaban «Contra el antisemitismo, el sexismo y la homofobia» y «Mi cuerpo, mi elección».

Durante el día se esperaba que fuese recibido por multitudes de fieles pero también por grupos de protesta y el boicot de algunos legisladores cuando hable ante el Parlamento.

El Papa se reunirá con líderes de las comunidades judía y musulmana, oficiará tres servicios religiosos en tres diferentes lugares, presidirá otro servicio ecuménico con miembros de la Iglesia luterana y posiblemente se reúna con víctimas que fueron abusadas por sacerdotes.

En la víspera de la llegada del pontífice, Merkel buscó aligerar las tensiones entre los legisladores que han argumentado que permitir a Benedicto XVI dar un discurso en el Reichstag viola la separación entre Iglesia y Estado existente en Alemania.

«Nuestra nación, nuestra constitución y nuestra sociedad están ampliamente basadas en las creencias cristianas», dijo Merkel a los integrantes de su partido Unión Demócrata Cristiana en Berlín.

Expresó la esperanza de que la visita papal dé a los alemanes un «sentido de orientación en estos tiempos que ciertamente no son fáciles». AP

Más relacionadas