Exjefe antidroga boliviano condenado a 14 años de prisión

El general retirado de la Policía boliviana René Sanabria, un exjefe de inteligencia encargado de combatir el narcotráfico en su país, fue condenado este viernes a catorce años de prisión por haber integrado una asociación ilícita para importar cocaína.

Junto con Sanabria fue condenado uno de sus socios, Marcelo Foronda Acero, a nueve años de reclusión.

Las sentencias fueron anunciadas por la jueza Ursula Ungaro en una audiencia judicial realizada en un tribunal federal del sur de la Florida.

Sanabria, de 54 años, deberá también cumplir con cinco años de libertad condicional supervisada y Foronda tres, una vez que salgan de prisión, dijo la jueza.

El exgeneral boliviano se había declarado culpable a finales de junio como parte de un acuerdo con la fiscalía para evitar la condena máxima, a prisión perpetua.

La acusación que enfrentaba Sanabria, quien se desempeñó en las fuerzas policiales de Bolivia durante más de tres décadas, requería una condena mínima a 10 años de prisión.

Ungaro, sin embargo, resolvió otorgarle una condena más severa por su papel de líder en la asociación ilícita y para enviar un mensaje de anticorrupción a otros funcionarios gubernamentales.

«Uno de los intereses más importantes de Estados Unidos en Latinoamérica, especialmente en Bolivia y Colombia, es impedir que las drogas sean cultivadas y trasladadas a Estados Unidos», dijo Ungaro.

«El señor Sanabria no promovió esos objetivos y ayudó a que la droga llegara a Estados Unidos. Es una ofensa tan grave que opaca todos los otros factores», aseguró la jueza.

Al finalizar la audiencia judicial, la abogada de Sanabria, Sabrina Puglisi, dijo que apelará la sentencia por considerarla «incorrecta».

Puglisi había solicitado una condena excepcional a nueve años de prisión, aduciendo que su cliente no se había desempeñado como líder ni tenía antecedentes delictivos.

Sanabria lució serio durante la audiencia judicial, mientras permanecía sentado con auriculares en sus oídos para escuchar la traducción al español. Llevaba traje de camisola y pantalón beige de presidiario.

«Debo asumir mi responsabilidad por la ofensa a este país», manifestó Sanabria con su voz entrecortada por el llanto, dirigiéndose a la jueza Ungaro.

Con su cabeza mirando al suelo, el boliviano le solicitó a la magistrada «que obre con sabiduría humana, con sabiduría espiritual», y con su voz casi inentendible expresó que sus hijos lo necesitaban.

Detenido en Panamá en febrero, Sanabria integró durante 10 años la Fuerza Especial de Lucha Contra el Narcotráfico de la policía de Bolivia.

Después de haberse retirado con el grado de general, el Ministerio de Gobierno, durante la actual administración del presidente Evo Morales, lo contrató en 2009 como director de una oficina de inteligencia antidroga dependiente de ese despacho. En ese puesto se encargaba de recopilar y cruzar información sobre la lucha contra el narcotráfico.

De acuerdo con los documentos judiciales presentados por la fiscalía, el grupo de Sanabria envió 144 kilos de cocaína al Puerto de Miami en septiembre de 2010.

La droga estaba en un contenedor que llevaba rocas de zinc y que viajó desde Bolivia al puerto chileno de Arica, antes de ser cargado en un barco que lo transportó hasta el sur de la Florida.

La agencia estadounidense antidrogas DEA confiscó ese cargamento en noviembre del 2010.

Después de su detención, la fiscalía federal dijo que Sanabria había viajado a Panamá para hacer un trato con presuntos narcotraficantes, que en realidad eran agentes encubiertos de la DEA.

La política antidroga del presidente boliviano Evo Morales sufrió un fuerte revés al revelarse este caso, aunque el gobierno minimizó las tareas que realizaba Sanabria.

Junto con Sanabria fue detenido en Panamá Foronda Acero, de 43 años, quien se declaró culpable a finales de junio.

En Bolivia hay 13 personas procesadas en el mismo caso, entre ellas la esposa de Sanabria, Lourdes Nava, por haber destruido documentos; y el coronel de la policía Milton Sánchez, requerido por la justicia estadounidense junto a su hermano Jorge Sánchez. Todos están prófugos. AP

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