Beisbolista venezolano fue encontrado en las montañas

Fuerzas de seguridad de Venezuela localizaron vivo al beisbolista venezolano Wilson Ramos, miembro de un equipo de Grandes Ligas de Estados Unidos, en unas montañas cercanas al lugar donde había sido secuestrado esta semana, dijo ayer el ministro de Información, Andrés Izarra.

Ramos, de 24 años, es el cuarto pelotero de las Grandes Ligas que es víctima de un secuestro en Venezuela, donde según organizaciones no gubernamentales se producen al menos dos raptos diarios, uno de los índices más altos del mundo.

“(La) operación de rescate vía aérea con apoyo de la GNB (Guardia Nacional Bolivariana) fue autorizada esta mañana (ayer)”, dijo Izarra en su cuenta de la red social Twitter.

De inmediato no se ofrecieron mayores detalles sobre la operación de rescate y las condiciones del beisbolista.

El jugador del equipo estadounidense Nacionales de Washington y de los locales Tigres de Aragua fue plagiado el miércoles por la noche por hombres armados cuando, según testigos, firmaba autógrafos para unos seguidores.

El secuestro de Ramos no solo destacó el gran problema de la inseguridad entre los venezolanos, que el próximo año irán a las urnas para elegir al presidente, sino que generó presión sobre las autoridades para resolver el caso con prontitud.

El secuestro se ha convertido en una de las formas más usuales de delito en Venezuela. Organizaciones no gubernamentales dicen que se producen al menos dos raptos por día en el país, uno de los índices más altos de la región.

Antes de los partidos del jueves de la liga venezolana, a la que el receptor tenía previsto incorporarse la semana próxima con los Tigres de Aragua, jugadores y aficionados guardaron un minuto de silencio en apoyo de Ramos y se instalaron con pancartas en las que se podía leer: “Liberen a Wilson Ramos” y “Wilson estamos contigo y tu familia”.

La organización no gubernamental Observatorio Venezolano de Violencia indicó que entre 1998 y el 2010 la tasa de homicidios casi se triplicó al pasar de 19 a 57 homicidios por cada 100.000 habitantes, lo que convierte al país en uno de los más violentos de la región. Los secuestros, en tanto, subieron de 52 en 1998 a 618 en el 2009.

El número real es al parecer mayor, pues muchas de las personas afectadas no los denuncian debido a temores por su seguridad y la desconfianza que tienen de la Policía. Según estadísticas oficiales, agentes están involucrados en alrededor del 20% de los delitos, en particular secuestros y asesinatos.

En el 2009, el gobierno para desalentar el secuestro elevó a 30 años las penas de prisión.

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