Tres importantes organizaciones indígenas y sindicales se alejan de Morales

Tres importantes organizaciones indígenas y sindicales que en el pasado apoyaron al presidente boliviano, Evo Morales, han anunciado que no irán a una reunión que convocó para el lunes próximo, en busca de una nueva agenda del oficialismo que corrija su caída de popularidad.

Los dirigentes de la mayor federación sindical del país, la Central Obrera Boliviana (COB), decidieron no asistir a la cita, que tendrá lugar hasta el miércoles en la ciudad central de Cochabamba, con el argumento de que Morales ha incumplido varios acuerdos suscritos con ellos.

Tampoco irán los líderes de la Confederación de Pueblos Indígenas del Oriente (Cidob), que agrupa a etnias de las tierras bajas de la Amazonía y el Chaco, ni los del Consejo Nacional de Ayllus y Markas del Qullasusyu (Conamaq), que representa a pueblos aimaras y quechuas del occidente andino.

El dirigente indígena Fernando Vargas declaró que a la reunión de Cochabamba solo irán oficialistas.

«Este país no se construye así. Se construye con la participación de las 36 nacionalidades, de todos los actores (…) Lo que nosotros estamos planteando es la restitución del Estado de derecho y que se respete la Constitución, que establece varios derechos que han sido y son violados por el gobierno del presidente Evo Morales», agregó.

La COB, la Cidob y el Conamaq formaron parte del «Pacto de Unidad» o eran aliados en el respaldo a Morales desde 2004, que fue fundamental para su triunfo en las elecciones de 2005, y su alejamiento es muestra de la creciente pérdida de apoyo popular del mandatario.

De aquel pacto, siguen apoyando al gobernante, entre otros, la Confederación Sindical Única de Trabajadores Campesinos de Bolivia, la Confederación de Mujeres Campesinas «Bartolina Sisa» y la Confederación Nacional de Comunidades Interculturales, que agrupa a los cultivadores de hoja de coca.

Morales ha dicho que la reunión de Cochabamba, llamada por el oficialismo «Cumbre Social» y «Primer Encuentro Plurinacional», está destinada a formular una nueva agenda para el desarrollo del país, con base en la industrialización de los recursos naturales.

El mandatario ha prometido industrializar este país de diez millones de habitantes, uno de los más pobres del continente, para que no se limite a exportar gas, minerales y otros recursos naturales no procesados.

Sin embargo, analistas y diplomáticos coinciden en que, discursos aparte, Morales ha dado pocos pasos efectivos en esa dirección desde que llegó al poder en 2006.

Cerca del 75 % de las exportaciones de los primeros diez meses de 2011 corresponde a materias primas «crudas», principalmente hidrocarburos (44 %) y minerales (27 %), según datos oficiales.

Morales convocó la «cumbre» en momentos en que su apoyo popular ha caído al 38 %, casi la mitad del 70 % que le daban las encuestas al empezar su segundo mandato en 2010, mientras que lo reprueban el 53 % de sus compatriotas, según el último sondeo de Ipsos.

«Estamos convocando a un diálogo nacional. Quiero aclarar que antes hacían cumbres políticas. Nosotros estamos haciendo encuentros con los movimientos sociales, los verdaderos representantes del pueblo, pues están los obreros, la clase media (…) Aclaro que este encuentro no es de partidos políticos, que antes tantas veces se han reunido y no ha conseguido nada», dijo Morales el miércoles

Los indígenas de la Cidob chocaron frontalmente con el gobernante de origen aimara en meses pasados, por la represión violenta de una marcha contra una carretera que iba a partir en dos una reserva natural, y ahora anuncian que harán una reunión paralela en la ciudad de Santa Cruz del martes al jueves próximos.

«La cumbre que se está realizando en Cochabamba es auspiciada por el presidente para tratar otra vez la apertura del camino. La Cidob no participará, porque esa reunión es para volver a tratar la apertura de la carretera», dijo Vargas a Efe.

«Además, nunca se puede saber cuándo uno conversa con el Gobierno de buena fe», agregó el líder indígena, aludiendo a que Morales intenta anular la ley que dictó cuando la marcha llegó a La Paz y rodeó el Palacio Presidencial, norma que prohíbe cualquier carretera en el parque natural amazónico del Tipnis. EFE

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