El dictador de Corea del Norte, Kim Jong Il, ha muerto

Kim Jong Il, el dictador de Corea del Norte, uno de los personajes más peculiares y terroríficos de finales de siglo XX y principios del XXI, que gobernó su empobrecido país con puño de hierro mientras desarrolló un programa nuclear armamentista, ha muerto. Tenía 69 años. Lo sucederá su hijo, Kim John Un, de treinta años.

La muerte de Kim fue anunciada por la televisión estatal de la capital norcoreana, Pyongyang. En Corea del Norte solo existe televisión estatal, y de inmediato se ha lanzado a la hipérbole: dicen que la causa de la muerte ha sido el exceso de trabajo, pero el infarto parece ser la versión de las agencias internacionales. Se cree que Kim sufrió un ataque en el 2008, pero parecía relativamente vigoroso en fotos y videos de recientes viajes a China y Rusia, y en numerosos viajes por todo el país cuidadosamente documentados por la prensa estatal. Al mandatario le gustaban los cigarros y el coñac, y se cree que había sufrido diabetes y enfermedades cardíacas.

Corea del Norte
Poco después del anuncio norcoreano, en Seúl el Ejército de Corea del Sur declaró la alerta, mientras el Gobierno estableció un plan de emergencia. El presidente de Corea del Sur, Lee Myung Bak, ha ordenado a todos los trabajadores del Gobierno que se mantengan en estado de alerta. El primer ministro japonés, Yoshihiko Noda, ha anunciado una reunión especial para discutir las medidas inmediatas.

Impredecible, elocuente, fanático del cine y amante de la buena cocina, Kim era famoso por haber heredado el poder tras la muerte de su padre, pero poco se conocía de su vida diaria.

Pyongyang, la capital de Corea del Norte, se considera uno de los regímenes del mundo en los que la falta de libertades es más acusada. Kim Jong-Il estaba al frente de la dinastía comunista hereditaria norcoreana desde hace 17 años, en los que gobernó con mano de hierro un régimen basado en el culto a su personalidad. La poderosa maquinaria propagandística del país lo convirtió en un semidios y ocultaba las constantes violaciones de los derechos humanos. En el extranjero, muchos consideraban al rechoncho Kim un dictador despiadado que buscaba producir armas atómicas mientras su pueblo se muere de hambre. Pero en el país, la prensa estatal elogiaba al «Querido Líder» como un general prodigioso y la «Estrella Guía del siglo XXI».

El retrato de Kim está colgado junto al de su padre en los hogares y edificios públicos norcoreanos, y sus escritos, mayormente elogios de la grandeza de su padre y llamados a la defensa del socialismo, son reportados y difundidos a diario por los medios electrónicos.

Los detalles biográficos sobre Kim son escasos. El líder norcoreano pocas veces aparecía en público y su voz era escuchada en escasas ocasiones. Pero desertores de Corea del Norte lo describían como un orador elocuente e incesante, principalmente ante unidades militares que forman la base de su apoyo.

Kim Jong Il, y su padre Kim Il Sung, de quien heredó el poder.
El esquivo Kim asumió el poder en 1994 luego de la muerte de su padre, Kim Il Sung, el dictador y fundador del país. Fue la primera transferencia hereditaria de poder en un país comunista, y ambos Kim son venerados en un profundo culto a la personalidad implementado por el régimen, que no tolera disenciones.

Kim Jong Il se centró en las fuerzas armadas en su credo político, dedicando gran parte de los escasos recursos del país a sus tropas: el Ejército del Pueblo, que con 1,1 millones de miembros es la quinta mayor fuerza militar en el mundo.

Esa política se reflejó claramente en los esfuerzos de Kim por producir armas nucleares, que culminaron con la primera prueba atómica norcoreana en octubre del 2006.

Corea del Norte sufrió hambruna y pobreza a mediados de la década de 1990 y se piensa que hasta dos millones de personas murieron después que se perdió la ayuda soviética, lo cual fue exacerbado por desastres naturales y métodos agrícolas anticuados.

Kim culpaba de los problemas a potencias extranjeras, y el país transmite a diario propaganda contra Estados Unidos y Japón.

Su imagen es conocida en todo el mundo: de corta estatura y regordete, usaba zapatos de plataforma y llevaba el cabello peinado hacia arriba para parecer más alto. Su vestuario solía consistir en trajes de kaki y gafas oscuras. En 2009, la revista Time lo eligió como el gobernante «peor vestido del mundo».

«Es la mayor pérdida para el partido … y es la mayor tristeza de nuestro pueblo y de la nación», afirmó con voz entrecortada una conductora televisiva vestida con un atuendo tradicional coreano color negro. Dijo que la nación debe «cambiar nuestra tristeza en fortaleza y superar nuestras dificultades».

Corea del Sur puso a sus fuerzas militares en «alerta elevada», informaron medios de comunicación surcoreanos, entre ellos la agencia noticiosa Yonhap, y el presidente Lee Myung-bak convocó a una reunión del consejo de seguridad nacional tras enterarse de la muerte de Kim. Las autoridades no pudieron confirmar los reportes de inmediato.

La noticia llega en momentos en que Corea del Norte se preparaba para una sucesión hereditaria. Kim Jong Il heredó el poder después de que su padre, Kim Il Sung, el reverenciado fundador del país, murió en 1994.

En septiembre del 2010, Kim Jong Il anunció que su tercer hijo, Kim Jong Un, de quien se cree que tiene 30 años, sería su sucesor y lo colocó en puestos de alto rango.

El tráfico en la capital norcoreana transcurría el lunes con normalidad, pero personas en las calles lloraban al conocer la noticia sobre la muerte de Kim.

La Casa Blanca emitió un comunicado en el que informaba que el presidente Barack Obama estaba pendiente de los reportes sobre la muerte de Kim.

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