Estallan bombas en iglesias católicas durante misa de Navidad en Nigeria

LAGOS (AP) — Ataques terroristas perpetrados por una secta extremista musulmana mataron a por lo menos 39 personas el domingo, la mayoría en la escalinata de una iglesia católica luego de la misa de Navidad, caídos sobre charcos de sangre y polvo tras una tremenda explosión.

Las autoridades reconocieron que carecían de personal de emergencias para atender a los heridos en la iglesia católica de Santa Teresa en Madalla, cerca de la capital. En otros hechos de violencia, una bomba explotó y se escucharon disparos en la ciudad de Jos, en el centro del país, y un atacante suicida detonó su auto en una instalación militar del noreste.

Nigeria, en África.
Nigeria, África.
Aparentemente, se trató de asaltos coordinados, perpetrados por la secta conocida como Boko Haram, un grupo extremista islámico que libra una guerra sectaria cada vez más efectiva y que se adjudicó este atentado y otras detonaciones en la ciudad de Jos, donde persiste la intranquilidad. Los atentados, ocurridos en la Navidad, muestran una aumento de las ambiciones nacionales de Boko Haram, que en 2011 fue responsable de 491 muertes, según la cuenta de The Associated Press.

La violencia navideña, denunciada por gobernantes del mundo y el Vaticano, pone de relieve la amenaza de insurrección por parte de Boko Haram contra el débil gobierno central. A pesar de ataques paramilitares contra la secta, parecería que la nación más poblada de Africa, rica en petróleo, es incapaz de hacer frente a la amenaza.

El grupo islamista Boko Haram

Este grupo, cuyo nombre significa «La educación no islámica es pecado», también se había adjudicado el atentado de agosto contra la sede de la ONU en Abuya, en el que murieron 24 personas.

Los ataques ocurren un año después de una oleada de atentados explosivos que dejaron en la víspera de la Navidad 32 muertos y 74 heridos en Jos y que se adjudicó entonces Boko Haram.

La primera explosión, que se produjo en la iglesia católica de Santa Teresa poco después de las 8 de la mañana, causó 35 muertos y 52 heridos, dijo Slaku Luguard, coordinador de la Agencia Nacional de Manejo de Emergencias.

La agencia por medio de mensajes de texto pidió ayuda a los periodistas para llamar a las ambulancias.

Los heridos yacían sobre el piso de cemento de un hospital público vecino, e imágenes de la televisión los mostraba llorando en charcos de su propia sangre. Los cadáveres estaban tendidos en una morgue al aire libre.

El ataque y la respuesta demorada provocaron la furia de los que se encontraban alrededor de la iglesia, que al principio impidieron la acción de los rescatistas, hasta que llegaron soldados.

En Jos, otra explosión se produjo cerca de la iglesia Montaña de Fuego y Milagros, dijo el vocero oficial Pam Ayuba. Añadió que más tarde, varios pistoleros abrieron fuego y mataron a un agente de policía que estaba de custodia. La policía halló y desarmó dos explosivos de fabricación casera.

Hacia el mediodía varias explosiones remecieron Damaturu, capital del estado de Yobe, donde enfrentamientos entre las fuerzas de seguridad y la secta habían matado a por lo menos 61 personas en los últimos días.

El domingo, un suicida detonó su auto cargado de explosivos en la sede local del Servicio de Seguridad del Estado, la policía secreta nigeriana, con un saldo de al menos tres muertos. Un comandante militar, blanco aparente del ataque, sobrevivió, dijo el SSE en un comunicado.

Después de los ataques, un vocero de Boko Haram que se identificó con el seudónimo de Abul-Qaqa, atribuyó los ataques a la secta en una entrevista con The Daily Trust, el periódico más influyente del norte de Nigeria.

«Los militares se encuentran aquí y asumieron el control de todo el lugar», expresó un vocero del gobierno.  Con alrededor de 150 millones de habitantes, que forman parte de más de 200 grupos tribales, Nigeria, el país más poblado de Africa, sufre múltiples tensiones por las profundas diferencias políticas, religiosas y territoriales existentes entre sus comunidades.

Más relacionadas