ETA asegura que el desarme está en su agenda

El grupo separatista vasco ETA anunció que desarmarse está en su agenda, sólo dos semanas después del comunicado en el que anunciaba el cese definitivo de la violencia, según informó este jueves el diario vasco Gara.

Gara, que suele actuar de altavoz de ETA, anticipó en su versión en línea parte de una entrevista con dos portavoces etarras que será publicada el viernes, a 10 días de las elecciones generales del 20 de noviembre.

En dicha entrevista, ETA asegura que «el desarme está en la agenda» y que sigue dispuesta a seguir adoptando «compromisos».

Gara también adelantó que los portavoces de ETA se pronuncian sobre el nuevo escenario político que se dibujaría en España si, como dicen todas las encuestas, Mariano Rajoy y el conservador Partido Popular ganan los comicios.

El diario no amplió de momento más detalles sobre estas declaraciones.

ETA ha sido diezmada en los últimos años por los cuerpos y fuerzas de seguridad y por la intensa colaboración de Francia. No ha cometido homicidio alguno en España en dos años y al parecer cuenta con menos de 50 integrantes libres.

En septiembre de 2010, declaró una tregua unilateral —la 11ra desde que empuñó las amas en 1968_, que hizo permanente en enero.

Pero su declaración fue más un grito desafiante de victoria que gesto de humildad del derrotado. Ni se disculpó ante las víctimas, ni hizo mención alguna de entregar las armas e insistió en su tradicional cantinela de que los vascos tienen derecho a decidir su propio futuro, un eufemismo de la independencia, a la que los sucesivos gobiernos españoles se han negado siempre en redondo.

En un nuevo paso, la organización vasca anunció el pasado 20 de octubre el cese definitivo de la violencia y su renuncia, tras 43 años, a la llamada lucha armada para lograr la independencia del País Vasco.

ETA, catalogada como una organización terrorista por la Unión Europea y Estados Unidos, ha asesinado a 829 personas desde que en 1968 inició una campaña violenta de atentados, secuestros y extorsión para financiar sus operaciones.

El gobierno celebró entonces el comunicado como una victoria de la democracia, pero descartó nuevas negociaciones con ETA. La mayoría de partidos políticos exigieron a la banda su desarme y disolución. AP

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