Arresto domiciliario para el capitán del crucero naufragado en Italia

Roma, (EFE).- La jueza de instrucción italiana Valeria Montesarchio ordenó hoy el arresto domiciliario para Francesco Schettino, el capitán del crucero «Costa Concordia» que naufragó el viernes en aguas de la isla de Giglio (Italia), causando la muerte de al menos once personas.

La jueza de instrucción de Grosseto (centro de Italia) dictó esta medida tras someter hoy a un interrogatorio en la sede del Tribunal de esta localidad italiana a Schettino, quien permanece detenido desde el pasado sábado, según informó el abogado del capitán, Bruno Leporatti.

La Fiscalía de Grosseto, quien hoy había solicitado la prisión cautelar para Schettino, acusa al capitán de homicidio culposo múltiple, abandono de nave y naufragio, por lo que corre el riesgo de ser condenado hasta a 15 años de prisión. EFE

mcs/pdp

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Grabación: Capitán dio excusas para no regresar a barco encallado

AP. El Costa Concordia transportaba a más de 4.200 personas cuando encalló en un arrecife frente a la isla toscana de Giglio. Schettino se había desviado del rumbo programado sin autorización, aparentemente para hacerle un favor al maitre del restaurante, oriundo de la isla.

Schettino ha insistido en que permaneció a bordo hasta concluir la evacuación, pero la conversación grabada con el capitán de guardacostas Gregorio De Falco indica que huyó antes del desembarco de todos los pasajeros y luego rechazó las órdenes reiteradas de regresar.

«Vuelva a bordo y diga cuánta gente hay. ¿Está claro?», vocifera De Falco en la cinta grabada.

Se escucha a Schettino responder que el barco se está inclinando y que todo está oscuro. Dice que en ese momento se encuentra a bordo de un bote salvavidas desde el cual coordina el rescate.

En ese momento, se encontraba con su segundo al mando en un bote salvavidas y dijo que coordinaba el rescate desde allí. También dijo que no regresaba al buque porque «porque el otro bote está detenido». Pasajeros han dicho que muchos botes salvavidas del lado de babor no fueron bajados al agua después del naufragio.

De Falco vocifera: «¿Y qué hay con eso? ¿Quiere irse a su casa, Schettino? ¿Está oscuro y quiere irse a casa? Suba a la proa de ese barco con la escalera de mano del piloto y diga qué se puede hacer, cuanta gente hay y qué necesitan. ¡Ahora!».

«Vuelva a bordo. Se lo ordeno. No busque más pretextos. Ha llamado a abandonar el barco, ahora yo estoy al mando», grita De Falco.

En determinado momento, De Falco promete: «Voy a asegurarme de que usted la va a pasar mal… Voy a hacerle pagar por esto. ¡Vaya a bordo (obscenidad)!»

Luego se escucha que Schettino acepta regresar a bordo, pero no estaba claro si lo hizo.

Schettino, de 52 años, descrito por la prensa italiana como un oficial amable y curtido, trabaja desde hace 11 años para la empresa y ascendió a capitán en 2006. Es oriundo de Meta di Sorrento, cerca de Nápoles, de donde provienen muchos capitanes de cruceros y transbordadores. Asistió a la escuela de la marina mercante Nino Bixio, cerca de Sorrento.

Schettino relató su versión de los acontecimientos ante los fiscales y el juez en una audiencia preliminar que debía determinar si permanecía en la cárcel, como pidió la fiscalía.

Su abogado, Bruno Leporatti, dijo en la audiencia que después de chocar contra los arrecifes, Schettino maniobró para acercar al buque a la orilla, con lo cual salvó «cientos, acaso miles de vidas».

Sin embargo, varios pasajeros dijeron que la evacuación fue caótica.

En tanto, la empresa holandesa especializada en salvamentos Smit, dijo que sus ingenieros y buzos tardarían entre dos y cuatro semanas en retirar los 1,9 millones de litros de combustible del buque. Esta tarea es la segunda en importancia luego del hallazgo de los desaparecidos, ya que el naufragio se produjo en un santuario de delfines y ballenas.

Las etapas preliminares del retiro de combustible podrían comenzar el miércoles si lo aprueban las autoridades.

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