Las lágrimas de Putin dejan estupefactos a los rusos

Las lágrimas que vertió el líder ruso, Vladimir Putin, tras ganar las elecciones presidenciales han dejado estupefactos a los rusos, acostumbrados al rostro impertérrito del antiguo agente del KGB, que se preguntan hoy si fueron de emoción.

«¿Serán de verdad? ¿O son lágrimas de cocodrilo?«, se pregunta hoy uno de los internautas rusos que inundaron la red con centenares de comentarios, cada cual más irónico, sobre las ya famosas «lágrimas de Putin».

Nada más conocer su victoria electoral en la primera vuelta, el presidente electo ruso se dio el esperado baño de masas junto a su antecesor, Dmitri Medvédev.

Lo que nadie esperaba es que al subirse al estrado, rodeado por centenares de banderas tricolor de Rusia, era ver a Putin con lágrimas en los ojos.

«Estoy agradecido a todos los que dijeron que ‘sí’ a una gran Rusia. Ésta es nuestra victoria y no se la entregaremos a nadie«, aseguró con sus ojos azules vidriosos.

Las lágrimas claramente captadas por las cámaras de televisión se contradicen con la imagen de hombre de acción que siempre ha querido transmitir Putin, aficionado a dejarse ver como ballenero, piloto, motero, cazador, bombero o submarinista.

«Fue el viento, el viento. Fueron auténticas (lágrimas) de viento», dijo, al reunirse con los representantes de su campaña electoral.

Su portavoz, Dmitri Peskov, también salió raudo a explicar que las fuertes ráfagas de viento que soplaban en el acto celebrado al aire libre en la céntrica plaza del Manezh habían sido el motivo de que el lagrimal del jefe de Gobierno desprendiera varias lágrimas.

Algunos analistas no dudan en comentar hoy que las lágrimas son consecuencia de los meses de tensión vividos desde las elecciones parlamentarias de diciembre, denunciadas como fraudulentas por la oposición no parlamentaria.

«Moscú no cree en las lágrimas«, escribe en alusión a la famosa película soviética uno de los usuarios del runet, el internet ruso que desbordado en las últimas horas por comentarios e imágenes de un emocionado Putin.

Algunos internautas rusos se enorgullecen de que su presidente mostrara su lado más sensible tras la victoria electoral, aunque sea por una sola vez.

Mientras, otros le echan en cara que no expresara la misma emoción cuando más de 330 personas murieron, la mitad de ellos niños en el secuestro de la escuela de Beslán por un comando terrorista chechén en septiembre de 2004.

Resultado de los comicios

Además, la red se ha llenado de caricaturas de Putin llorando a lágrima tendida con un pañuelo con la cifra 64%, en referencia al porcentaje de votos que cosechó el domingo.

Anoche Putin no dejó de repartir abrazos y besos entre sus partidarios y apoderados, e incluso aprovechó para recitar un poema patriótico de Serguéi Yesenin, un popular poeta ruso que se suicidó a los 30 años.

«Yo os pregunté una vez: ‘¿Venceremos?’. Pues hemos vencido. Hemos demostrado que nadie nos puede imponer nada», proclamó Putin ante más de cien mil de sus partidarios cerca de las murallas rojas del Kremlin.

Putin, que dijo que su victoria electoral no había sido «ninguna sorpresa», ha mostrado en pocas ocasiones en público emociones propias del más común de los mortales.

Dicen que la única ocasión en la que se vio llorar desconsoladamente a Putin en público fue en el entierro de su padrino político, el fallecido alcalde de San Petersburgo, Anatoli Sobchak.

De hecho, Putin ha sido criticado en numerosas ocasiones por sus detractores por ser incapaz de mostrar sus emociones en público, como cuando 118 tripulantes murieron en el hundimiento del submarino nuclear «Kursk» en agosto del año 2000.

«Se hundió», dijo con una nerviosa sonrisa Putin al responder un mes después de la tragedia a una pregunta de Larry King en una entrevista con la CNN.

Una biografía publicada poco antes de las elecciones por la famosa periodista rusa, Masha Gessen, se titula «El hombre sin rostro», debido al halo de misterio que rodea la personalidad de Putin.

Precisamente, Putin, que acostumbra a ridiculizar el populismo barato de sus contrincantes políticos, es muy dado a utilizar un lenguaje de cuartel en sus discursos políticos o durante sus reuniones con miembros del Gobierno.

«Perseguiremos a los terroristas por todas partes, si es en un aeropuerto, pues en un aeropuerto. Y si los encontramos en el baño, pues en el mismo retrete los dejamos tiesos», dijo nada más asumir el cargo de primer ministro en agosto de 1999.

No obstante, a decir verdad últimamente el líder ruso, que tras esta victoria electoral permanecerá en el Kremlin hasta 2018, se ha permitido algunas concesiones a la sensiblería, como tocar el piano o cantar canciones en inglés en actos benéficos. EFE 

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