TOULOUSE, Francia (AP) — El homicida que se atribuyó la peor ola de ataques terroristas perpetrada en Francia en varios años fue enterrado este jueves en un cementerio de Toulouse, poniendo fin al debate de qué hacer con los restos mortales de un hombre a quien el presidente Nicolas Sarkozy tildó de «monstruo».
Francia sigue conmocionada por el asesinato de tres paracaidistas, un rabino y tres niños judíos y la posibilidad de un repunte del fanatismo islamista, lo que ha influido en la campaña presidencial gala.
Mohamed Merah, un francés de 23 años de origen argelino, fue sepultado hoy en la sección musulmana del cementerio municipal de Toulouse, en el barrio de Cornebarrieu. Unos 20 hombres asistieron a la ceremonia, y ocultaron el rostro de los periodistas congregados fuera.
«Se terminó, no hablaremos más de ello. Está en su tumba», dijo posteriormente Abdallah Zekri, del Consejo Musulmán Francés.
Los asistentes a la ceremonia, según Zekri, eran en su mayoría amigos jóvenes de Merah, vecinos del bloque de apartamentos en los que creció.
Zekri, presente en el entierro, mantuvo prolongadas negociaciones los últimos días con la familia de Merah, las autoridades argelinas y las de Tolosa sobre el lugar de la tumba.
La policía sostiene que Merah grabó los ataques en los que mató a siete personas a principios de mes. Merah, apasionado integrista del islam, dijo estar ligado al grupo terrorista al-Qaida y fue abatido de un balazo en la cabeza tras permanecer acorralado durante más de 30 horas por la policía, la semana pasada, en su apartamento de Tolosa.
Su hermano se encuentra detenido en París bajo sospecha de complicidad y la policía busca a un posible tercer sospechoso que podría haber colaborado en los ataques.
El padre de Merah dijo que quería que el cadáver de Mohamed fuera enterrado en el panteón familiar en Medea, Argelia.
Con ese fin, el cadáver de Merah fue llevado hoy al aeropuerto de Toulouse, donde su madre debía haberlo acompañado hasta Argelia unas horas después.
Las autoridades argelinas se negaron por «razones de seguridad», dijo Zekri.
Sus familiares pensaron entonces enterrarlo en el cementerio musulmán de Toulouse — pero el alcalde se opuso. Presionado por París, el alcalde finalmente cedió.