Régimen sirio mató a 1.000 personas en 8 días, según oposición

BEIRUT (AP) — Las fuerzas sirias cañonearon bastiones de los opositores e irrumpieron en algunas localidades de Siria este martes, informaron activistas, quienes rechazaron las afirmaciones del canciller acerca de que los efectivos del régimen habían comenzado a replegarse de algunas zonas, en cumplimiento de una tregua negociada por Naciones Unidas.

El principal grupo opositor en Siria estimó que unas 1.000 personas murieron en los ataques intensificados del régimen durante la semana que antecedió al martes, cuando se venció el plazo para el retiro de las fuerzas. Sin embargo, era imposible verificar en forma independiente esas cifras.

Francia y Gran Bretaña acusaron a Siria de engañar a la comunidad internacional e incluso Rusia, aliada de Damasco pareció criticar al régimen de Assad. El canciller ruso Sergey Lavrov dijo que los esfuerzos de Siria «para implementar un plan podían haber sido más activos y decididos».

Un vocero del Consejo Nacional Sirio dijo que las fuerzas leales al presidente Bashar Assad han intensificado su ofensiva en zonas controladas por la oposición, pese a que el gobierno había prometido aceptar el plan de paz de Naciones Unidas.

La vocera del Consejo, Bassma Kodmani, dijo que 160 personas perecieron en Siria tan sólo el lunes.

Kodmani dijo a reporteros en Ginebra que las fuerzas del régimen han utilizado armamento pesado, incluidas armas antiaéreas, contra la población civil, en un aparente desafío a un acuerdo que contemplaba el alto al fuego a partir del 10 de abril.

La portavoz agregó que la situación en Siria se «deteriora en forma drástica».

La tregua mediada por el enviado especial de las Naciones Unidas y la Liga Arabe, Kofi Annan, era considerada la última posibilidad de un triunfo diplomático, y su colapso podría catapultar a Siria a una guerra civil declarada.

Un levantamiento popular de 13 meses contra el régimen de Assad ha cobrado fuerza ante la cruenta represión oficial y la lucha amenaza con extenderse a las naciones vecinas, con un conflicto regional generalizado.

Las posibilidades de que Siria cumpla sus promesas son muy escasas dadas las pasadas violaciones de los acuerdos previos y la escalada de los ataques contra los bolsones de la oposición antes de expirar el plazo.

Las esperanzas de una tregua disminuyeron aún más cuando Damasco formuló nuevas demandas el fin de semana, e indicó que no puede retirar sus soldados sin garantías escritas de que los insurgentes depondrán las armas.

La oposición siria rechazó la demanda e insistió que aunque aceptará la tregua, no reconoce al gobierno de Assad ni se plegará a las garantías exigidas.

Conforme al plan de Annan, el repliegue de la tropa de ciudades y aldeas debería haber sido completado el martes, y el cese total de las hostilidades para las 6 de la tarde del jueves.

«Ya hemos retirado fuerzas y unidades del ejército de varias provincias sirias», dijo en Moscú el canciller sirio Walid Moallem tras entrevistarse con su contraparte ruso.

Empero, insistió que una tregua debe comenzar simultáneamente con el emplazamiento de observadores internacionales.

El vocero del Ministerio de Asuntos Exteriores de Francia, Bernard Valero, desestimó las afirmaciones de Siria sobre el repliegue, al considerarlas «una nueva expresión de esta mentira flagrante e inaceptable».

El canciller británico William Hague acusó a Damasco de utilizar el plazo para el alto al fuego como «una fachada para intensificar sus actos militares con el fin de aplastar a la oposición siria».

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