La sombra de Gadafi pesa en la contienda presidencial de Francia

El presidente de Francia, Nicolas Sarkozy, negó rotundamente el domingo que el ex fallecido líder libio Moamar Gadafi le ofreciera financiar su campaña, un nuevo desafío al intento del mandatario por reelegirse a una semana de la segunda vuelta electoral.

Sarkozy también rechazó las críticas de quienes comparan su retórica de campaña con la de los colaboradores nazis de Francia, a medida que surgieron horribles recuerdos de tiempos de guerra en la que ha sido una contienda presidencial particularmente amarga.

Los sondeos indican que Sarkozy perderá las elecciones del 6 de mayo ante el socialista Francois Hollande, quien promete programas de empleo financiados por el gobierno y mayores impuestos a los acaudalados, promesas que resuenan en un electorado desgastado por la recesión.

La acusación del financiamiento libio se origina de una declaración que hizo hace un año Seif al-Islam Gadafi, el segundo hijo de Moamar, en el sentido de que Libia financió la campaña presidencial de Sarkozy en 2007. El señalamiento surgió cuando el mandatario promovió los bombardeos contra las fuerzas de Gadafi para frenar la represión contra los rebeldes libios.

Aunque no ha salido a la luz evidencia de que se haya realizado el financiamiento, el sitio francés en internet Mediapart reportó el domingo que posee un documento firmado en 2006 por Musa Kusa, entonces jefe de inteligencia de Gadafi, con una oferta del régimen para gastar 50 millones de euros (66,2 millones de dólares) en la campaña de Sarkozy.

«Es una trampa, una calumnia», dijo Sarkozy en el Canal Plus de la televisión el domingo. Además acusó a Mediapart de ser vocero «de la izquierda».

La campaña de Hollande exhortó a las autoridades judiciales a investigar, al igual que lo solicitó Segolene Royal, quien perdió en la contienda presidencial de 2007.

También el domingo, Hollande rindió honores a los judíos deportados durante la Segunda Guerra Mundial al visitar un museo y monumento al Holocausto en París, donde dijo que el trabajo del museo es crucial «para los judíos y la Humanidad».

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