Gobernador de Puerto Rico quiere que inglés sea idioma oficial

SAN JUAN (AP) — El gobernador de Puerto Rico está tratando de conseguir lo que más de un siglo de control estadounidense no ha logrado: hacer que la isla domine el inglés tan bien como el español.

El gobernador Luis Fortuño, quien ha sido mencionado como posible candidato republicano a la vicepresidencia de Estados Unidos, ha propuesto un plan ambicioso, que muchos consideran poco realista, y que contempla la enseñanza en inglés en las escuelas públicas, donde se ofrecerían solamente clases de literatura y de gramática en español.

Este territorio estadounidense ha tenido una relación tormentosa con el inglés desde hace tiempo y a numerosos puertorriqueños no les entusiasma la idea de adoptar ese idioma por temor a perder su identidad y a dar otro paso hacia la estadidad, status que solo la mitad de los isleños apoyó en una reciente consulta.

El gobernador quiere que Puerto Rico sea el 51er estado de Estados Unidos. Pero asegura que su proyecto responde a una necesidad económica, no política.

«El bilingüismo abre puertas y ofrece a nuestros niños oportunidades para que se destaquen y alcancen el éxito en un mercado laboral cada vez más competitivo y globalizado», manifestó.

Solo 12 de las 1.472 escuelas de la isla ofrece un programa de enseñanza en inglés como el que avizora Fortuño. Otras 35 ofrecen algunos cursos en inglés, como matemáticas y educación física, de acuerdo con el secretario de Educación Edwin Moreno.

«La idea principal es que tengas un puertorriqueño que pueda comunicarse en español tanto como en inglés», declaró Moreno, quien reconoce que su dominio del inglés es imperfecto.

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Moreno supervisa un proyecto inicial de 15 millones de dólares por el cual se incorporará un currículum bilingüe a otras 35 escuelas. Los planes para llevar el inglés al resto de las escuelas son un tanto vagos, pero el gobernador afirma que quiere que todas las escuelas públicas sean bilingües dentro de diez años.

Entre los que rechazan el plan figura la Asociación de Maestros de Puerto Rico, cuya presidenta Aída Díaz dijo que, si bien apoya la educación bilingüe, la noción de enseñar casi todos los cursos en inglés es demasiado extrema.

«Eso es erróneo», manifestó. «Nos lleva a sustituir nuestro propio idioma por uno secundario. No debe ser así».

En todas las escuelas públicas es requisito enseñar inglés desde el jardín de infantes hasta la secundaria, pero el 96% de los 3,9 millones de puertorriqueños hablan español en su casa y 2,8 millones dicen que no hablan un inglés fluido, según el Censo estadounidense.

Esto deja a los niños puertorriqueños detrás de muchos europeos en cuanto a dominio de un segundo idioma.

De acuerdo con un estudio de la Comunidad Europea del 2006, el 56% de los europeos dice que puede mantener una conversación en más de un idioma. Aproximadamente el 90% de los holandeses y alemanes dicen que pueden hacerlo. En la parte continental de Estados Unidos, apenas una cuarta parte de la población puede mantener una conversación en otro idioma que no sea inglés, de acuerdo con algunos estudios.

La ex secretaria de Educación Gloria Baquero expresó que el principal problema en Puerto Rico es la falta de buenos maestros de inglés.

«Tanto su acento como su dominio no son los mejores», indicó. «Conocen la gramática, pero el inglés hablado no es su fuerte. Así que tenemos mucho profesor de inglés que termina hablando español en la clase porque los niños no entienden».

Una posible solución es preparar a los maestros con cursos de inmersión o programas de intercambio con Estados Unidos, algo que se ha hecho en el pasado, pero en forma intermitente, según dijo.

Baquero señaló que ella y otros educadores apoyan el proyecto de Fortuño pero consideran que será duro implementarlo. «La mayoría resiente esa imposición del idioma y considera cualquier intento que se haga para mejorar el inglés como una iniciativa con fines políticos».

La propuesta de Fortuño llega pocos meses antes de que los isleños participen en noviembre en una consulta dividida en dos partes sobre el futuro status político de la isla.

En la primera parte del referendo se le preguntará al votante si quiere un cambio de status o si prefiere seguir siendo un estado libre asociado. Luego se le pedirá que elija entre tres opciones: estadidad, independencia o algo a mitad de camino, el estado libre asociado.

El candidato republicano a la presidencia Mitt Romney está a favor de que el inglés sea el idioma oficial de todos los estados de Estados Unidos, pero dijo que esa no debería ser una condición para que Puerto Rico pase a ser un estado.

El inglés dominó la educación pública en Puerto Rico durante la primera mitad del siglo XX. Entre 1900 y 1948, todas las clases de la escuela secundaria se enseñaron en inglés, hasta que el primer gobernador elegido democráticamente, Luis Muñoz Marín, puso fin a esa práctica.

«El aprendizaje del inglés fue asociado con un esfuerzo muy real del gobierno de Estados Unidos para ‘americanizar’ Puerto Rico», expresó Carlos Chardon, antropólogo y ex secretario de Educación. «La gran mayoría de la gente asoció el inglés con la estadidad».

En 1991, el gobernador Rafael Hernández Colón fue más allá y declaró el español como el único idioma oficial de la isla. Esa ley fue anulada un par de años después por el gobernador Pedro Roselló, cuyo primer acto oficial fue declarar el inglés y el español idiomas oficiales. Esa ley sigue vigente, pero en muy pocos sitios hay carteles en inglés en las calles.

Los puertorriqueños, por otra parte, se mantienen reticentes a aprender inglés, de acuerdo con Jaime Morales, maestro de escuelas públicas en la ciudad norteña de Toa Baja, quien habla bien inglés.

«No les interesa», declaró. «Sinceramente es por la dificultad del idioma».

Morales dice que apoya la idea de un currículum bilingüe, pero duda que se haga realidad a menos que los maestros reciban una preparación adecuada, los padres se involucren y mejore el sistema educativo.

«Aquí el problema mayormente es que tú tienes un pueblo que no domina el español», afirmó. Si son deficientes en el dominio del español, ¿cómo pretenden que van a dominar un segundo idioma?».

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