Siria dice que los rebeldes no superan al Ejército

BEIRUT (AP) — El ministro del Exterior sirio desestimó este jueves a las fuerzas rebeldes y a quienes los apoyan a nivel internacional al tacharlos de incapaces de superar al ejército que defiende al régimen de Bachar al Assad, incluso aunque se ha incrementado la condena por las ofensivas que según activistas han causado la muerte de decenas de civiles en días recientes.

El tono confiado y desafiante del ministro Walid al-Moallem contrastó notablemente con una serie de recientes golpes contra Assad, incluyendo deserciones de altos puestos políticos y militares, y la capacidad de las guerrillas rebeldes de colocar bombas y realizar secuestros en el corazón de la capital, Damasco.

El momento en que se transmitió la entrevista con al-Moallem en la televisión estatal siria también indica que se pretende tranquilizar a los seguidores de Assad cuando Damasco cuenta con pocos aliados confiables. Irán apoya de manera firme a Assad, pero los vínculos en peligro son con China y Rusia, miembros del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas que han bloqueado los esfuerzos de imponer sanciones y otras medidas de presión a Siria.

Un enviado sirio, Bouthaina Shaaban, estuvo hoy en Beijing y describió las conversaciones con el ministro chino del Exterior como «realmente buenas».

«Aquellos que piensan que el ejército sirio será derrotado están soñando«, dijo al-Moallem.

Asimismo repitió las fuertes denuncias sirias de que los rebeldes tienen el apoyo de Qatar y Arabia Saudí, importantes rivales de Irán que querrían minar la más importante alianza de Teherán en la región.

Previamente, incursiones aéreas del gobierno sirio sobre un vecindario residencial en el pueblo de Azaz tomado por los rebeldes causaron la muerte de 40 personas y por lo menos un centenar de heridos, entre ellas muchas mujeres y niños, informó el jueves el grupo Human Rights Watch.

Los ataques contra Azaz, en el norte de Siria, destruyeron gran parte de un vecindario habitado por gente de bajos recursos y provocó pavor entre los civiles que huyeron del lugar. Eran tantos los heridos que el hospital local cerró sus puertas, obligando a los residentes a llevarlos hasta la frontera turca a fin de que fueran tratados en el otro lado.

Más relacionadas