Gobierno colombiano y FARC reiteran su buena voluntad de cara a negociaciones

El presidente colombiano, Juan Manuel Santos, reiteró hoy su buena voluntad de cara al inicio del proceso de paz para que ésta sea «estable y duradera», mientras que voceros de las FARC aseguraron que los diálogos no se atrancarán por discrepancias iniciales como el cese el fuego.

«Entramos a este proceso con toda honestidad, con toda determinación, con toda cautela. Sabemos que no va a ser fácil», dijo el mandatario a modo de declaración de intenciones en una reunión con autoridades locales que este sábado se celebró en la ciudad caribeña de Sincelejo.

Entre las numerosas diferencias con que las partes se sentarán a negociar, después de tres intentos frustrados y medio siglo de crudos combates en las selvas colombianas, está el debate del cese el fuego, que la guerrilla quiere decretar en octubre y el Gobierno desea aplazar hasta el final de las negociaciones.

El jueves, Alberto Parra, alias «Mauricio Jaramillo» o «El Médico», jefe militar de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), notificó ante la prensa en La Habana que llegará a la mesa de negociaciones en Oslo con la propuesta inmediata de un cese el fuego bilateral.

Pero hoy el presidente insistió en que su obligación es blindar al país en caso de que la paz no prospere, y dijo que por eso se centrará en la agenda de Gobierno y afirmó que en materia de seguridad no se «bajará la guardia en ningún momento».

«Tenemos que continuar y yo les he dicho a estos individuos de las FARC que solamente el día en que cerremos el conflicto definitivamente nosotros cesaremos las operaciones militares», justificó.

Ante la posibilidad de que esa división de opiniones pudiera trancar los esfuerzos de paz en su inicio, el jefe guerrillero «Marco León Calarcá», cuyo verdadero nombre es Luis Alberto Albán, zanjó los miedos a través de medios locales con un mensaje tranquilizador.

«No es que las FARC nos vamos a empecinar en que si no hay cese el fuego o tregua no seguimos adelante. No es eso, sino de tratar de convencerlos (al Ejecutivo) con el razonamiento», argumentó en una entrevista concedida en La Habana al diario El Tiempo.

Este insurgente, quien ejerció como uno de los seis portavoces de las FARC en La Habana esta semana, consideró que el origen de esta disyuntiva está en la intención de hablar sobre paz en medio del conflicto.

«Si hay una forma de pararla momentáneamente, mientras se logra construir la fórmula para pararla definitivamente, es mejor», justificó al admitir que la guerrilla no va a «negar los golpes» ni «la dureza» que ha sentido por parte de la Fuerza Pública colombiana.

Pero acotó: «Hay que construir la paz, y vamos a seguir adelante».

El mismo «Calarcá» despejó ayer otra inquietud sobre el proceso: la inclusión o no de un guerrillero preso en EE.UU. como negociador tampoco va a «romper esto que apenas inicia».

Lo dijo en RCN Radio, en alusión al caso de Juvenal Ovidio Ricardo Palmera, alias «Simón Trinidad», quien cumple en Estados Unidos una condena de 60 años de prisión por el secuestro de tres estadounidenses contratistas del Pentágono; un asunto sobre el que Santos ha pedido «ser realistas».

Mientras tanto, las FARC prosiguen su lucha en diferentes puntos del país y las Fuerzas Militares tratan de repelerla.

En este camino hacia el inicio formal de las negociaciones, que arrancarán en Oslo dentro de un mes y seguirán luego en La Habana, Santos opinó que debe reinar la cautela y la discreción, y anunció que su actividad se centrará en la agenda de Gobierno mientras la paz queda en «buenas manos», las de sus negociadores.

Esta iniciativa de paz cuenta con el respaldo del 78 % de los colombianos, según un sondeo del Centro Nacional de Consultoría (CNC) que también refleja un repunte de la imagen de Santos, que logra en esta encuesta el favor del 74 % de los encuestados, tras un bajón de 20 puntos hace un mes.

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