La Unión Europa (UE) aprobó este lunes nuevas sanciones contra Siria e Irán pese a los pocos resultados obtenidos hasta ahora por esa vía, mientras que abrió la puerta a una misión para ayudar al Gobierno de Mali a arrebatar el norte del país a los islamistas.
Los ministros de Exteriores del bloque, reunidos en Luxemburgo, impusieron a Teherán un amplio paquete de sanciones que afectarán a sus finanzas, energía y transportes en un intento de estrangular las vías de financiación del régimen y lograr que coopere en materia nuclear.
Para ello, la UE ha prohibido toda transferencia entre bancos europeos y entidades iraníes a menos que reciban una autorización previa, congelará los activos de 34 empresas que financian al régimen y vetará las importaciones de gas natural iraní.
Este último punto se suma a un embargo a las compras de petróleo ya en vigor, pero, a diferencia de este, apenas supondrá un impacto para Irán, pues Europa prácticamente no consume gas del país persa.
También se incluye en el régimen de sanciones a una persona vinculada directamente con el programa nuclear iraní, un refuerzo de las medidas ya existentes contra el Banco Central de Irán, restricciones en el transporte marítimo y a la venta de materiales susceptibles de ser utilizados en el desarrollo nuclear, como el grafito y el aluminio.
El ministro británico de Exteriores, William Hague, advirtió a Teherán de que Europa seguirá «aumentando la presión en los próximos meses» si no hay progresos en las negociaciones que se mantienen en paralelo para lograr garantías del carácter pacífico del programa nuclear.
La jefa de la diplomacia comunitaria, Catherine Ashton, se mostró confiada hoy en poder «avanzar pronto» en las discusiones, que en los últimos meses no han logrado ningún progreso.
En este sentido, el ministro español de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallo, reconoció que existe «frustración» porque «la política no está dando resultados».
Tampoco lo está haciendo por ahora en el caso de Siria, donde continúan las matanzas y el número de muertos ha alcanzado ya los 30.000, tal y como destacó el titular francés, Laurent Fabius.
Los ministros impusieron hoy a Siria la décimo novena ronda de sanciones desde el estallido del conflicto, que afectará a 28 personas responsables de la violencia gubernamental y a dos empresas acusadas de financiarla.
El paquete incluye además una prohibición para que compañías europeas compren armas sirias o den servicios para la exportación de armamento, como transporte o seguros, con el fin de seguir cortando vías de financiación al régimen de Damasco.
La situación de bloqueo -tanto en el terreno militar en el interior de Siria como en el diplomático en Naciones Unidas- ha hecho que recientemente se haya abierto una reflexión sobre la postura europea, según indicó García-Margallo.
El ministro español planteó la posibilidad de que un representante del sector aperturista del régimen de Bachar al Asad pueda pilotar el inicio de la transición política en Siria.
La idea, que según aseguró podría ser aceptable también para Rusia, pasaría por una renuncia «voluntaria» de Al Asad y que alguien de su círculo próximo liderase las negociaciones con la oposición para avanzar hacia unas elecciones libres.
Las conclusiones de la reunión ministerial, sin embargo, no hacen referencia a ese escenario e insisten en mantener la misma vía, como también hizo Ashton al término del encuentro.
Mali fue el tercer punto clave de la cita mensual de los jefes de las diplomacias europeas y, en este caso, sí se constataron avances claros en la situación.
Los Veintisiete acordaron planificar la creación de una misión militar para ayudar a reorganizar y entrenar a las fuerzas de seguridad de Mali y dar apoyo a la intervención armada que tiene previsto llevar a cabo la Comunidad Económica de Estados de África Occidental, CEDEAO, para retomar el control del norte del país.
Pese a que varios ministros, como el alemán Guido Westerwelle, expresaron la «gran preocupación» de la UE por la situación en Mali, el bloque se limitará a dar asistencia a las fuerzas africanas y en ningún caso se plantea entrar en combate.
España volvió a mostrar hoy su disposición a participar en el operativo europeo y su ministro de Exteriores recordó que «tener una plataforma terrorista en Mali, en una superficie similar a la francesa, podría desestabilizar los procesos de transición en el norte de África y hacernos tener una frontera con Al Qaeda». EFE
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Ya era necesaria una intervencion drastica