Seúl, 17 dic (EFE).- El joven líder norcoreano Kim Jong-un mantiene, un año después de la muerte de su padre, Kim Jong-il, el control absoluto del régimen comunista bajo una aparente estabilidad e incluso logros como la reciente puesta en órbita de un satélite.
Nieto del «presidente eterno» y fundador de Corea del Norte, Kim Il-sung, el joven sucesor ha gozado en lo que lleva de mandato de un apoyo total del Partido de los Trabajadores y del Ejército Popular, puntales del régimen comunista norcoreano, y acaparó en pocos meses todos los cargos que su padre tardó tres años en ostentar.
Así, el líder fue sumando hasta julio de 2012 los títulos de comandante supremo del Ejército, secretario general del partido único, presidente de la poderosa Comisión Nacional de Defensa y, finalmente, mariscal de las Fuerzas Armadas.
Kim Jong-un, del que apenas se conocía su existencia hace tres años, saltó al escenario político en septiembre de 2010, cuando inesperadamente fue nombrado general de cuatro estrellas del Ejército y vicepresidente de la Comisión Militar Central del Partido de los Trabajadores.
El nombramiento supuso el primer paso para su elección a sucesor de su padre, muy delicado de salud tras sufrir una apoplejía en 2008, y activó la maquinaria de promoción del régimen de Pyongyang, basada en el culto extremo a la personalidad.
El mismo día en que se anunció la muerte de su padre, el 19 de diciembre de 2011, Kim Jong-un fue proclamado «gran sucesor» en el Estado norcoreano, cuyos aparatos político y propagandístico se pusieron manos a la obra para, en esta ocasión, consolidar su liderazgo.
Meses después, en abril de 2012, cuando Corea del Norte celebraba el centenario del nacimiento de su fundador, su fecha más señalada en años, Kim Jong-un fue nombrado máximo líder del Partido de los Trabajadores y «primer presidente» de la Comisión Nacional de Defensa.
También tuvo lugar en abril el fallido lanzamiento norcoreano de un satélite de observación, que acabó con el cohete de largo alcance en pedazos en el mar y, la ONU, que al igual que un amplio número de países lo interpretó como un ensayo de misiles, reforzó las sanciones que imponía al régimen por acciones similares anteriores.
Fue más de medio año después, el 12 de diciembre, cuando Kim Jong-un logró finalmente poner en órbita el satélite Kwangmyongsong-3 (Estrella brillante-3), lo que ha convertido a Corea del Norte en el undécimo país en lograr esta hazaña aunque, al igual que el intento anterior, también desató un fuerte rechazo internacional.
De contextura gruesa y una altura similar al difunto Kim Jong-il, aproximadamente 1,68 metros, los pocos detalles de la personalidad de Kim Jong-un lo describen como un amante del baloncesto y las películas de acción, capaz de hablar coreano, inglés, alemán y francés.
Licenciado en 2007 en la Universidad Militar Kim Il-sung de Pyongyang, el joven líder muestra sobre el papel un perfil más cultivado que su padre y abuelo, al haber asistido durante su adolescencia a un colegio de Berna (Suiza) bajo un pseudónimo antes de regresar a Corea del Norte sobre el año 2000.
Hijo de una de las concubinas de su padre, Ko-Young-hee, una exbailarina que falleció de cáncer en 2004, Kim Jong-un está casado con Ri Sol-ju, que desde julio de 2012 le acompaña en la mayoría de sus apariciones públicas.
Ri, que se cree nació entre 1985 y 1988, ha destacado por lucir ropa al estilo occidental y complementos de firmas de lujo, y se cree que ha sido cantante y en su adolescencia participó en eventos organizados entre las dos Coreas en época de distensión.
Kim Jong-un se impuso a sus hermanos en la línea sucesoria después de que el primogénito, Kim Jong-nam, quedara descartado aparentemente por ser descubierto al intentar entrar en Japón con un pasaporte falso.
En cuanto al segundo vástago del «querido líder», Kim Jong-Chul, quien se cree tiene uno o dos años más que Kim Jong-un, fue considerado por su padre, según fuentes informadas, como demasiado «afeminado» para liderar el país. EFE
* Foto difundida por Terra Noticias