Acusado de planear atentado contra Putin denuncia que confesó bajo tortura

El chechén Adam Osmáev, presunto organizador de un plan para asesinar al presidente ruso, Vladímir Putin, se retractó este jueves de su confesión, que, según su esposa, fue conseguida mediante torturas.

«Dichos testimonios fueron arrancados utilizando medios físicos y psicológicos a los que recurrieron las fuerzas de seguridad tras mi detención«, aseguró Osmáev en una carta entregada a la prensa local por su pareja, Anina Okúeva.

Osmáev pidió a la justicia local que investigue esos abusos, tras lo que se negó a declarar ante el tribunal de la ciudad ucraniana de Odessa, que ha tenido que aplazar hasta el 4 de febrero el juicio que comenzó a finales del pasado año.

En otra carta enviada a la Fiscalía regional, Osmáev afirmó que durante su detención el 4 de febrero de 2012 los agentes de seguridad ucranianos le golpearon en la cabeza con las empuñaduras de armas de fuego, los puños y las piernas.

Además, denunció, le taparon la cabeza con una bolsa, le inyectaron sustancias psicotrópicas y le amenazaron con mayores torturas si no confesaba que había planeado los asesinatos de Putin y del líder chechén, Ramzán Kadírov.

Osmáev, cuya extradición es demandada por Rusia, señaló que, a causa de las torturas, apenas ha podido levantarse de la cama debido a los fuertes dolores de espalda que sufre.

La Fiscalía General de Ucrania anunció en agosto pasado que en breve extraditaría a Osmáev, pero finalmente la entrega no prosperó, debido a la denuncia presentada por los abogados del acusado ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos de Estrasburgo.

Entonces, Osmáev emitió una declaración en la que advertía a la justicia ucraniana de que sería cómplice de su asesinato, en caso de que fuera entregado a Rusia.

Rusia pidió la extradición de Osmáev ante su supuesta participación en la preparación del asesinato de Putin, entonces primer ministro ruso, y otra serie de atentados.

Los servicios secretos ucranianos y rusos detuvieron a principios del año pasado a Osmáev, jefe en Ucrania de la organización Ismarat Kazkaz (Emirato del Cáucaso), y a Iliá Pianzin, que eran buscados por las autoridades locales.

Pianzin fue capturado en enero por agentes de seguridad ucranianos, tras una explosión accidental que se produjo cuando aprendía a preparar explosivos en una vivienda que alquilaban en la ciudad ucraniana de Odessa.

Durante el interrogatorio, Pianzin desveló el nombre del otro cómplice, Osmáev, sobre quien ya pesaba una orden de búsqueda y captura internacional.

Una vez detenido Osmáev, ambos confesaron que iban a perpetrar el atentado contra Putin después de los comicios presidenciales del año pasado, en los que éste fue elegido por mayoría absoluta.

Con este objetivo llegaron a Ucrania desde Arabia Saudí, después de recibir instrucciones de Doku Umárov, el jefe guerrillero chechén y el terrorista más buscado de Rusia.

Tras recibir la noticia, Putin comentó a la prensa rusa que no teme a los atentados y que está acostumbrado a vivir con la amenaza contra su persona.

«Las personas en mi situación deben vivir con ello. ¿Y qué podemos hacer? No hay que tener miedo. Que sean ellos los que teman», dijo. EFE

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