Kerry afirma que tiene «zapatos muy grandes de llenar»

WASHINGTON (AP) — El nuevo secretario de Estado John Kerry comenzó a trabajar este lunes y prometió proteger a los empleados del servicio exterior estadounidense, al tiempo que reconoció que como sucesor de Hillary Rodham Clinton tiene unos «zapatos muy grandes de llenar».

En el primer día en su nuevo empleo, el ex senador y candidato presidencial demócrata en 2004 fue recibido con vítores por empleados del Departamento de Estado y la Agencia Estadounidense para el Desarrollo Internacional (USAID, por sus siglas en inglés).

Como el primer hombre que ocupa el cargo en ocho años, Kerry se refirió a sus dos predecesoras más recientes, Clinton y Condoleezza Rice, al preguntar en broma: «¿Es posible que un hombre pueda manejar el Departamento de Estado?»

«No sé», se respondió a sí mismo. «Como dice el dicho, tengo unos zapatos muy grandes de llenar».

Kerry declaró a los empleados del departamento que él y el presidente Barack Obama necesitan la ayuda de ellos para ayudar a mejorar la seguridad de Estados Unidos y hacer del mundo un lugar más próspero y pacífico.

Después de mencionar la muerte del embajador Chris Stevens y otros tres estadounidenses en el ataque terrorista del 11 de septiembre del 2012 en Bengasi, Libia, Kerry dijo que la protección de los diplomáticos estadounidenses será una de sus principales prioridades.

«Les garantizo que a partir de esta mañana, cuando llegue a mi despacho, todo lo que haré estará enfocado en la seguridad de nuestra gente», afirmó.

Kerry, de 69 años, es hijo de un diplomático y fue miembro de la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado durante 28 años, y su presidente desde 2009. Habló de su niñez en Alemania y de cómo aprendió las virtudes de la libertad.

Cuando tenía 12 años y vivía en el Berlín de la posguerra en la década de 1950, Kerry recordó que pudo haber causado un incidente diplomático al andar en bicicleta alrededor de la destrozada y dividida capital alemana, cuando dejó atrás el destrozado Reichstag y la Puerta de Brandenburgo y —valiéndose de su primer pasaporte diplomático— ingresó en la zona este de la ciudad, controlada por los soviéticos.

«Si los tabloides actuales hubieran sabido que yo hice eso, ya puedo ver los encabezados afirmar: ‘¡Los primeros vínculos comunistas de Kerry!»’, bromeó, antes de describir más en serio cómo explicó a sus irritados padres por qué sintió la necesidad de cruzar la Cortina de Hierro.

«Había muy pocas personas. Estaban vestidas con ropas oscuras y como que andaban cabizbajas. Percibí todo eso», dijo Kerry. «En esas calles no había alegría. Y cuando regresé, sentí un gran alivio y aprendí una gran lección sobre las virtudes de la libertad, los principios y los ideales que nos impulsan».

Kerry probablemente dedique buena parte de esta semana a comunicarse con líderes de otros países. Durante el fin de semana habló con el primer ministro israelí Benjamin Netanyahu y el presidente palestino Mahmud Abbas, así como con los cancilleres de Japón, Corea del Sur, Turquía, Canadá y México.

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