Argentina sienta en el banquillo a los imputados por el «Plan Cóndor»

Buenos Aires, 3 mar (EFE).- La Justicia argentina sentará en el banquillo a partir de este martes a los 18 imputados por el «Plan Cóndor», en el juicio oral que buscará establecer responsabilidades en la cooperación de las dictaduras del Cono Sur entre los años 70 y 80 para la persecución y exterminio de opositores políticos.

Entre los 18 imputados se encuentran los exdictadores argentinos Jorge Rafael Videla y Reynaldo Bignone, así como el exministro del Interior de la dictadura Albano Harguindeguy y el exgeneral Luciano Benjamín Menéndez.

La «Operación Cóndor» o «Plan Cóndor» fue una estrategia implementada por las dictaduras sudamericanas a partir del golpe de Estado que derrocó en Chile al socialista Salvador Allende.

A través ese plan, los perseguidos políticos que se refugiaban en los países vecinos eran asesinados, desaparecidos o deportados.

Triunvirato militar. Ecuador. 1976.
De la «Operación Cóndor» participaron las dictaduras de Chile, Argentina, Brasil, Uruguay, Bolivia, Perú, Ecuador y Paraguay, donde fueron descubiertos la mayoría de los archivos secretos de las acciones conjuntas llevadas a cabo por aquellos años.

Por documentos desclasificados se conoce que Ecuador entró en Plan Cóndor en 1976, durante el triunvirato militar que sucedió al Rodríguez Lara, pero no se ha conocido de ninguna víctima ecuatoriana de ese proceso.

El exdictador chileno Augusto Pinochet, fallecido en 2006, fue el impulsor de la operación, en la que también participaron el argentino Videla, el uruguayo Juan María Bordaberry y los ya fallecidos Alfredo Stroessner, de Paraguay, y Hugo Banzer, de Bolivia.

En diciembre de 1992 fue descubierto en dependencias del Gobierno paraguayo un conjunto de informes secretos conocido como los «Archivos del terror».

Eran las primeras pruebas concretas de la Operación, que permitió a miembros de las FFAA y paramilitares cruzar sus fronteras nacionales para secuestrar, torturar o asesinar a sus conciudadanos refugiados en los países vecinos.

Pese a su consideración de «gestor ideológico» del plan regional, Pinochet fue exonerado por la Justicia chilena en junio de 2005, por razones de salud, de la causa abierta en Chile por nueve secuestros calificados (desapariciones) y un homicidio en el marco de la Operación Cóndor.

Sobre Videla, que gobernó Argentina entre 1976 y 1981, pesan hasta el momento dos sentencias de cadena perpetua y otra de 50 años, en tanto que Bignone afronta otra cadena perpetua y dos condenas mas de 25 y 15 años, en todos los casos por graves violaciones a los derechos humanos.

Catorce militares argentinos están procesados, incluidos los ex generales Albano Harguindeguy, Antonio Bussi, Luciano Menéndez, Santiago Riveros y Ramón Díaz Bessone.

El ex presidente de Uruguay, Juan M. Bordaberry (1971-1976) fue detenido en noviembre de 2006 en relación con los asesinatos, en 1976 en Buenos Aires, de los ex legisladores uruguayos Zelmar Michelini y Héctor Gutiérrez Ruiz, y los guerrilleros tupamaros Rosario Barredo y William Whitelaw.

Una de las primeras víctimas de la Operación Cóndor fue el general chileno Carlos Prats, que se mantuvo leal a Salvador Allende y murió asesinado en septiembre de 1974 en Buenos Aires junto a su esposa Sofía Cuthbert.

En 1975 la DINA chilena organizó la «Operación Colombo», diseñada en el marco del Plan Cóndor, para encubrir la desaparición de 119 militantes del Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR).

Un caso muy conocido fue el de María Claudia García de Gelman, nuera del poeta argentino Juan Gelman, detenida en su país y trasladada en 1976 a Uruguay, donde desapareció tras dar a luz a una niña entregada en adopción.

La Justicia argentina había solicitado, en el marco de esta causa, la extradición del exdictador peruano Francisco Morales Bermúdez, pero fue denegada.

En 2011 un tribunal argentino condenó a prisión perpetua al exgeneral Eduardo Cabanillas como responsable de Automotores Orletti, centro clandestino de detención y tortura por donde pasaron cientos de prisioneros, en su mayoría uruguayos, pero también de otras nacionalidades. EFE

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