Europeos no quieren que sus jóvenes vayan a Siria

MALINAS, Bélgica (AP) — Desde esta sede municipal bajo la catedral más imponente de Bélgica, el alcalde Bart Somers hace un gran esfuerzo por determinar cómo puede evitar que los jóvenes musulmanes se vayan a librar la «guerra santa» en Siria contra el régimen de Assad.

En buena parte de Europa Occidental, numerosos jóvenes islámicos han respondido al llamado de las armas a favor de una causa que se defiende a sólo pocas horas de viaje en avión. El fenómeno ha alarmado a las autoridades en medio de señales de que la insurgencia se está radicalizando con una fuerte infiltración de elementos de al-Qaida. Las autoridades europeas observan un peligro doble, que Somers resume al decir que los jóvenes son «carne de cañón» en Siria, y potenciales «terroristas hechos y derechos» si regresan vivos.

Pero todo esto crea un dilema: en una sociedad libre, ¿cómo se puede evitar que estos jóvenes empaquen sus cosas y se marchen?

«El mayor reto de cada demócrata es ver lo que podemos hacer en la lucha contra el fundamentalismo sin sacrificar nuestras propias leyes democráticas», dijo Somers. «De otra manera, les hacemos el juego a los terroristas».

Ese dilema se puso a prueba nuevamente hace dos semanas, cuando las autoridades belgas organizaron una amplia redada antiterrorista con el fin de controlar a los agitadores que incitaban a los jóvenes musulmanes a combatir contra el régimen de Assad. En un operativo efectuado en cuatro decenas de viviendas, la policía arrestó a seis personas, lo que provocó críticas de que se habían excedido en su autoridad al infringir la libertad de expresión.

En la municipalidad de Schaarbeek, perteneciente a la zona metropolitana de Bruselas, el alcalde incluso prohibió un comedor comunitario para los necesitados, entre ellos jóvenes musulmanes, temerosos de que los trabajadores de la entidad caritativa estuvieran incitando a los jóvenes a combatir en Siria. Esto sucedió después que dos estudiantes musulmanes desaparecieron, aparentemente con destino a Siria, que el alcalde Bernard Clerfayt alegó fueron reclutados en el comedor.

Ha habido numerosas exhortaciones a confiscar el pasaporte a los jóvenes que parezcan estar a punto de marcharse, algo que muchos defensores de las libertades civiles critican por considerarlo una restricción antidemocrática a la libertad de movimiento.

Los que finalmente se marchan, dejan atrás a sus padres preocupados. Por lo menos un padre belga fue, infructuosamente, a buscar a su hijo. Las familias solicitan cualquier asistencia para prevenir la salida de los jóvenes con destino a Siria.

«No queremos que se vayan, especialmente los jóvenes», dijo Abu Yamen, un sirio que administra la farmacia El Rass en Schaarbeek.

Pero el sufrimiento diario que se ve en la televisión puede empujar a los jóvenes a tomar decisiones extremas y poco inteligentes, dijo el alcalde Somers. La guerra civil siria ha dejado un saldo de más de 70,000 muertos, destruido ciudades, pueblos y poblados enteros, y obligado a más de un millón de personas a buscar refugio en otros países. Y eso ha creado una oportunidad para que al-Qaida atraiga a nuevos miembros a su causa, mientras el régimen de mano dura de Assad trata de presentarse como uno de los gobiernos más seculares del Oriente Medio.

En esta fotografía tomada el viernes 26 de abril de 2013, el imán Mohamed el Tamamy predica en una mezquita de Bruselas. En diversas partes de Europa, decenas de jóvenes islamistas han respondido al llamado para tomar las armas y luchar contra el régimen sirio, una causa que está a sólo unas horas de vuelo. (Foto AP/Yves Logghe)
En esta fotografía tomada el viernes 26 de abril de 2013, el imán Mohamed el Tamamy predica en una mezquita de Bruselas. En diversas partes de Europa, decenas de jóvenes islamistas han respondido al llamado para tomar las armas y luchar contra el régimen sirio, una causa que está a sólo unas horas de vuelo. (Foto AP/Yves Logghe)

 

 

 

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