Últimos surcoreanos salen de Corea del Norte

PAJU, Corea del Sur (AP) — Los últimos siete surcoreanos asignados a un proyecto industrial conjunto en Corea del Norte se retiraron este viernes, por lo que el complejo que operaban ambos países quedó en silencio desde que comenzó a funcionar hace nueve años en una era de reconciliación ya distante.

El conjunto fabril en el poblado de Kaesong, justo al norte de la fortificada frontera, era el único símbolo restante del deshielo entre ambos países. Dio trabajo a más de 53.000 norcoreanos y a centenares de gerentes surcoreanos hasta el mes pasado, cuando Pyongyang comenzó gradualmente a bloquear sus operaciones.

Los últimos siete surcoreanos partieron tras negociar el monto de los impuestos y los salarios atrasados de los trabajadores de Corea del Norte. Su partida deja a las dos Coreas prácticamente sin comunicación oficial alguna ni canales de contacto.

Además, podría significar el fin de un experimento que muchos consideraron un puente entre ambas Coreas, un medio de facilitar una futura unificación de la península al demostrar que los trabajadores de ambos países pueden colaborar. Con sucesivos gobiernos liberales y conservadores en Seúl, Kaesong sobrevivió tensiones de todo tipo, incluidos los ataques atribuidos a Corea del Norte en el 2011 por los que murieron 50 surcoreanos.

Un ex funcionario surcoreano que encabezó el grupo que negoció los salarios con Corea del Norte indicó que pidió repetidamente la reanudación de las operaciones en Kaesong. Hong Yang-ho dijo a los periodistas que espera mantener negociaciones en el futuro, pero sin dar más detalles.

El retiro de los trabajadores elimina uno de los últimos contactos entre las dos Coreas, que técnicamente se encuentran en estado de guerra, ya que el conflicto de 1950 a 1953 en la península coreana concluyó con un armisticio, no con un tratado de paz. Seúl había utilizado las líneas telefónicas conectadas a una oficina administrada por surcoreanos en el complejo industrial de Kaesong para intercambiar mensajes con Corea del Norte.

Algunos analistas consideraron que el retiro empeora la ya grave desconfianza entre Seúl y Pyongyang, y plantea temores de que un incidente pueda degenerar en un conflicto armado si los rivales no mejoran sus relaciones.

Dos vehículos con 13 millones de dólares estadounidenses —destinados a pagar los salarios de los trabajadores norcoreanos y los impuestos— cruzaron la frontera al mismo tiempo que regresaban los siete surcoreanos, según el Ministerio de Reunificación en Seúl, responsable de los lazos entre ambos países. Los surcoreanos que entregaron el dinero volvieron luego.

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