Tea Party resurge en medio de escándalos en Estados Unidos

Washington, 19 may (EFE).- Los escándalos del escrutinio del Servicio de Impuestos Internos (IRS) a grupos conservadores y del espionaje a la agencia AP están reviviendo en EE.UU. al movimiento derechista Tea Party y, ante todo, dando sentido a su advertencia sobre el excesivo rol del Gobierno en la vida de los ciudadanos.

«Hoy en día el Tea Party tiene una nueva oportunidad de vida», resumió Victoria DeFrancesco, de la cadena de televisión MSNBC.

Y es que, a su juicio, los dos escándalos mencionados contribuyen a instalar en los ciudadanos «la percepción de un Gobierno autoritario», en la línea de lo que viene denunciando el Tea Party desde su nacimiento.

El llamado «Partido del Té» basa su nombre en el motín de 1773 en Boston en el que los colonos independentistas tiraron cargamentos de té al mar para protestar por los impuestos del imperio británico.

Comenzó a tomar fuerza en 2009 por iniciativa de núcleos de votantes jóvenes preocupados por la economía, defensores de un férreo control del gasto público, escasa presencia del Estado e impuestos bajos, en un contexto de crisis y de un índice de desempleo cercano al 10 %.

Una de sus insignias es la defensa a ultranza de los valores conservadores tradicionales y por eso se ubica en el ala más derechista del Partido Republicano.

Las elecciones legislativas de noviembre de 2010 confirmaron la influencia del Tea Party en la vida política del país con el triunfo de sus candidatos al Senado, entre ellos Rand Paul (Kentucky) y Marco Rubio (Florida).

Pero el hecho de que los republicanos escogieran a un candidato de su ala moderada (Mitt Romney) para las elecciones de 2012 y la victoria del demócrata Barack Obama en esos comicios supusieron sonadas derrotas para el movimiento.

Así que ahora «estamos afilando las lanzas», sintetizó Ron Hei, un activista del Tea Party en Alabama, al diario Christian Science Monitor.

«En este momento el Tea Party es la conciencia de la nación», dijo por su parte al mismo diario Larry Nordvig, cuya organización vinculada al movimiento en Richmond (Virginia) se quejó durante dos años del exceso de escrutinio al que era sometida por el IRS.

Según un informe del Inspector General del Tesoro, J. Russel George, el IRS se cebó especialmente con el Tea Party y otros grupos afines.

De acuerdo con ese reporte, el IRS seleccionó para una revisión especial a cerca de 300 grupos que habían solicitado una exención de impuestos, de los que 72 llevaban como nombre alguna alusión al Tea Party, 13 tenían la palabra «patriota» y otros 11 mencionaban «9/12», en referencia al «Proyecto 9/12» del columnista conservador Glenn Beck.

La agencia tributaria envió cuestionarios innecesarios a esos grupos conservadores para considerar si sus organizaciones podían acogerse a la exención de impuestos, lo que además provocó retrasos en las solicitudes.

El senador Rand Paul, una de las cabezas visibles del Tea Party, indicó hoy en declaraciones al programa «State of the Union» de CNN que hay una «política escrita» dentro del IRS con instrucciones para observar «a las personas que se oponen al presidente».

«Tenemos que saber quién escribió esa política y quién la aprobó», reclamó el senador.

Frente al Capitolio y encabezados por la congresista Michelle Bachmann, exaspirante a la candidatura presidencial republicana, líderes del Tea Party anunciaron esta semana que prevén presentar al menos 17 demandas contra el IRS y pidieron que la entidad sea auditada tras el escándalo.

Ahora se trata de ver si, más allá de los escándalos, el Tea Party es capaz de motivar a sus bases y de captar nuevos votantes de cara a las elecciones legislativas de 2014. EFE

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