Egipcios con carta abierta para poder combatir en Siria

EL CAIRO (AP) — Los egipcios son libres de combatir en Siria y no serán procesados al regresar al país, dijo el jueves un funcionario de alto rango de la presidencia de Egipto, en momentos en que clérigos sunitas multiplican los llamados públicos a respaldar a los rebeldes allá con fuerzas militares.

En una respuesta a una pregunta de The Associated Press sobre la postura del gobierno sobre que sus ciudadanos combatan al lado de los rebeldes sirios, Khaled al-Qazzaz dijo que «el derecho a viajar o la libertad de viajar está abierta a todos los egipcios», agregando que el estado no está tomando medidas contra nadie que vaya a combatir en Siria. Subrayó que Egipto busca una solución política al conflicto en Siria y advirtió del peligro de que se convierta en una «guerra regional».

Al-Qazzaz, un asesor en asuntos exteriores del presidente islamista Mohammed Morsi, hizo estas declaraciones en un momento en que clérigos multiplican sus llamados a sunitas en el mundo árabe para que vayan a Siria a combatir al régimen en respuesta a la intervención de la guerrilla libanesa chiíta Jezbolá, que respalda las fuerzas del gobierno sirio contra los rebeldes.

Los llamados han incrementado los temores de que la guerra civil siria se convierta cada vez más en un conflicto sectario y que combatientes extranjeros de la guerra santa tendrán una mayor participación en la rebelión. Debido a la presencia de extremistas no sirios, algunos vinculados con al-Qaida, entre los rebeldes, Estados Unidos y sus aliados se han mostrado renuentes a enviar armas a la insurrección.

Hablando en una reunión con periodistas extranjeros, al-Qazzaz descartó preocupaciones de que egipcios que combatan en Siria pudieran regresar a casa como combatientes de guerra santa más endurecidos, en momentos en que extremistas en el norte de la Península del Sinaí continúan realizando asesinatos y ataques contra la policía y fuerzas militares ahí.

«No los consideramos una amenaza», dijo al-Qazzaz. «Tenemos una situación controlada en Sinaí … No tenemos una situación de combatientes de guerra santa que regresan».

Agregó que después de que la insurrección de 2011 que derrocó al presidente y aliado de Estados Unidos Hosni Mubarak, Egipto ya no participa en el programa de la CIA, en el cual el gobierno de Mubarak ayudó a detener a presuntos milicianos islámicos como parte de la guerra estadounidense contra el terrorismo. El programa provocó acusaciones de secuestros y tortura contra sospechosos.

«Ya no somos un centro de rendición, ni castigamos a egipcios por lo que hacen en otras naciones», señaló al-Qazzaz.

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