Colombia: campesinos expectantes por negociador

BOGOTA, Colombia (AP) — Los voceros de las protestas campesinas en la región colombiana del Catatumbo, que llevan más de un mes, aguardaban el sábado la llegada del vicepresidente Angelino Garzón como negociador principal del gobierno.

«Estamos bastante expectantes y esperamos que esta vez sí logremos un marco que nos genere confianza y sobre todo plasmar la voluntad que el gobierno dice tener», aseguró vía telefónica a The Associated Press Cesar Jerez, de la Asociación Nacional de Reservas Campesinas, uno de los grupos que encabeza la protesta en Tibú, en el departamento de Norte de Santander y a 420 kilómetros al noreste de Bogotá.

Jerez precisó que él y cinco voceros más de las protestas tienen programado reunirse con Garzón a las 1600 GMT en Tibú.

El hecho de que el presidente Juan Manuel Santos haya nombrado como negociador a Garzón, según Jerez, «es un indicador de que durante un mes el gobierno fue inoperante, negligente y que no dimensionó la crisis» en el Catatumbo.

Los manifestantes, que comenzaron su protesta el 11 de junio, demandan que el gobierno detenga los planes de destrucción de cultivos de coca en la zona del Catatumbo y que declare esa región, integrada por unos siete municipios o 346.000 hectáreas en Norte de Santander, como una zona de reserva campesina, una figura legal de 1994 que permite desembolsos de fondos estatales en una región específica donde campesinos producen en general de forma cooperativa.

Unos 6.000 manifestantes congregados en campamentos improvisados a las afueras de Tibú bloquean las carreteras, lo que ha obligado a las autoridades, sobre todo a la Fuerza Aérea, a llevar provisiones a la zona de Catatumbo toda vez que las actividades comerciales están paralizadas.

En su comunicado, el gobierno ratificó el viernes que las zonas de reserva deben cumplir primero unos requisitos y que en cualquier caso la discusión no podía darse en medio de la presión del paro con sus bloqueos viales.

Según Jerez, en la reunión del sábado también estará Todd Howland, representante en Colombia de la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos. A ellos se unirán el gobernador de Norte de Santander, Edgar de Jesús Díaz, y el alcalde de Tibú, Gustavo León Becerra.

La mayor parte de la protesta ha sido pacífica, excepto el 22 de junio cuando dos hombres murieron tras ser baleados y el 25 de junio cuando murieron otros dos en choques con la fuerza pública en Ocaña, también en Norte de Santander. La víspera, manifestantes chocaron con la fuerza pública y un capitán de la policía y dos civiles resultaron heridos.

Howland dijo el miércoles que las cuatro muertes del 22 y 25 de junio pudieron haber obedecido a excesos por parte de la fuerza pública. El gobierno negó esa versión.

«La gente está en una (situación) sin salida», insistió Jerez, quien enfatizó que los campesinos quieren que las protestas se levanten cuanto antes porque están cansados de la situación.

Las partes han intentado establecer una mesa de diálogo para levantar el paro pero las negociaciones se han roto en al menos dos ocasiones con ambos lados acusando al otro de intransigente.

El gobierno ha reiterado que no llegará a un acuerdo mientras no se levante el bloqueo vial que mantiene a Tibú paralizada, mientras los voceros de los manifestantes aseguran que sólo se retirarán de la carretera cuando las autoridades cumplan sus demandas.

El Catatumbo, en el noreste del país, es una región rica en recursos como petróleo y gas pero tradicionalmente bajo la influencia de grupos ilegales armados.

Las autoridades militares y de policía han sugerido que las protestas están infiltradas por la guerrilla, lo que ha sido desmentido por los líderes de los manifestantes.

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Sitio web imagen: vozpopuli.net

 

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