Rajoy niega en el Parlamento supuesta corrupción en su partido

Mariano Rajoy, presidente de España. Foto de Archivo, La República.

El presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, negó este jueves en el Parlamento las acusaciones de supuesta corrupción en su partido y lamentó haber confiado en su extesorero, investigado por la Justicia, mientras la oposición reclamó su dimisión y elecciones anticipadas, que él rechazó.

Rajoy acudió hoy al Senado, en medio de una gran expectación, para abordar el llamado «caso Bárcenas», que desde hace meses protagoniza la política española y cuya figura central es el que durante más de dos décadas fuera primero gerente y luego tesorero del Partido Popular (PP), que desde 2004 también preside el jefe del Ejecutivo.

Luis Bárcenas, que es investigado por diversos delitos fiscales, blanqueo y cohecho, está en la cárcel desde finales de junio por el riesgo de fuga y atesora cuentas en diversos países superior a los 48 millones de euros (más de 63 millones de dólares).

En sus declaraciones ante el juez Bárcenas denunció la supuesta existencia de una contabilidad «B» en su partido, con la entrada de dinero procedente de donaciones irregulares de empresarios y la salida de fondos en forma de sobresueldos a dirigentes opacos fiscalmente.

Rajoy, mencionado expresamente por Bárcenas, negó hoy esas acusaciones, garantizó que en el PP sólo hay una contabilidad legal y lamentó haber confiado en un hombre al que él mismo nombró tesorero y al que facilitó un escaño de senador.

«Me fié de él y le apoyé. Me engañó, pero (Bárcenas) lo tenía fácil porque yo no condeno a nadie de manera preventiva«, dijo hoy Rajoy, para quien todas las acusaciones de su antiguo colaborador son «una colección de falsedades», que el tiempo y la Justicia desmontarán.

Añadió que esas acusaciones basadas en ataques al PP son «una estrategia de defensa» por parte del extesorero, aunque admitió que en su partido se pagaron «remuneraciones complementarias» en función del cargo y cuya declaración al fisco es «una responsabilidad individual. Yo siempre lo he hecho».

El juez que investiga a Bárcenas ha convocado para mediados de agosto a la actual secretaria general del PP y a dos de sus antecesores en el puesto – todos ellos señalados por Bárcenas como perceptores de dinero irregular – para que, en calidad de testigos, informen acerca de la contabilidad del partido.

Mientras tanto, Rajoy subrayó hoy que la presunción de inocencia debe respetarse y dijo que ha optado por comparecer en el Parlamento para evitar la «erosión» que el caso tiene en la imagen exterior de España, en un momento en el que la economía «mejora, aunque sigue delicada».

La oposición apenas dio crédito a Rajoy y todos los grupos le acusaron de haber ido tarde al Parlamento, sólo forzado por la presión de la opinión pública y los medios de comunicación.

Fue mayoritaria la petición de elecciones anticipadas – la legislatura lleva poco más de año y medio -, aunque no lo reclamaron los socialistas del PSOE, primer partido de la oposición y del que las encuestas demuestran que no aprovecha en su beneficio el desgaste del Gobierno conservador por el «caso Bárcenas».

Su líder, Alfredo Pérez Rubalcaba, exigió la dimisión de Rajoy, de quien dijo que «es imposible que no supiera» que en su partido hubiera una contabilidad paralela secreta.

«Usted hace daño a las instituciones democráticas y a la imagen de España», dijo Rubalcaba, quien aludió a un informe de la Policía española para subrayar que demuestra que el PP «blanqueó» dinero procedente de donaciones irregulares.

Los grupos reprocharon al presidente del Gobierno el intercambio de mensajes telefónicos que mantuvo con Bárcenas en marzo pasado, cuando ya era investigado por la Justicia, y que incluía algunas palabras de ánimo, según reveló hace poco el diario El Mundo.

Esos mensajes prueban que se trataba de una relación «entre socios», en palabras de Rubalbaca, mientras el comunista Cayo Lara los vio como «un apoyo a un delincuente».

Otros parlamentarios, como la centrista Rosa Díez, pusieron el acento en el hecho de que el PP pagó durante un tiempo la defensa legal de Bárcenas y que incluso, ya investigado, siguió cobrando un sueldo del partido, hechos «probados» que exigen responsabilidades, más allá de la actuación de la Justicia.

En la réplica Rajoy descartó dimitir -«no soy culpable de nada»- o convocar comicios anticipados, algo, agregó, que es lo contrario de lo que conviene ahora, para facilitar la recuperación económica.

Parte de la oposición expresó la opinión opuesta, por entender que la permanencia de Rajoy al frente del Gobierno sí supone un daño a la imagen del país y favorece la debilidad económica. EFE

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