Secuestrador de Cleveland pide perdón y dice que «no es un monstruo»

Washington, 1 ago (EFE).- Ariel Castro, quien se ha declarado culpable de violar, maltratar y secuestrar durante una década a tres mujeres de Cleveland (Ohio, EE.UU.), dijo hoy que no es «un monstruo» y que está «enfermo», durante la audiencia en la que se conocerá su sentencia.

«Creo que yo soy también una víctima», sostuvo Castro, de origen puertorriqueño, vestido con un mono naranja y con una prominente barba.

Castro, quien puede ser condenado a cadena perpetua sin posibilidad de libertad condicional, relató que sufrió abusos sexuales cuando era joven y habló también de su adicción a la pornografía.

«No estoy tratando de poner excusas. Sé que obré mal, pero no soy una persona violenta», indicó.

Castro relató que en la casa en la que mantuvo secuestradas a las tres mujeres había «armonía» y que las acusaciones de abusos sexuales son «falsas», puesto que, según él, «muchas veces» ellas le pidieron tener sexo.

Castro se declaró culpable de 937 cargos de los casi 1.000 que enfrentaba después de que su defensa llegase a un acuerdo con la fiscalía para librarlo de la pena de muerte y puede ser condenado a cadena perpetua sin opción a libertad condicional.

Michelle Knight, una de las tres mujeres que estuvo cautiva en Cleveland (EEUU) durante más de una década, dijo hoy que Ariel Castro, su secuestrador, le «robó» 11 años de su vida, que le puede perdonar, pero «nunca» olvidará, y que merece pasar el resto de su vida en prisión.

«Lloré cada noche, los años se volvieron una eternidad», contó entre sollozos Knight durante la audiencia en Cleveland en la que hoy se conocerá la sentencia de Castro.

«Nadie debería tener que pasar por lo que yo pasé», agregó al recordar que cuando fue secuestrada en 2002 tenía un hijo de apenas dos años que se quedó «muy solo».

Knight instó a Castro a que piense en las «atrocidades» que les hizo a ella y a las otras dos mujeres, Amanda Berry y Gina DeJesús. Los secuestros se produjeron en los años 2002, 2003 y 2004 y duraron hasta el 6 de mayo pasado.

También indicó que su amistad con DeJesús «fue lo único bueno» que puede rescatar de su traumática experiencia y le dijo a Castro que su propio «infierno» acaba de empezar.

Horas antes de esta audiencia salieron a la luz nuevos detalles del maltrato al que Castro sometió a sus víctimas, contenidos en un memorando publicado por la fiscalía.

Según ese memorando, Knight, Berry y DeJesús tuvieron cadenas atadas a sus tobillos, solo tenían acceso a inodoros de plástico colocados en los dormitorios «que rara vez se vaciaban» y únicamente eran alimentadas una vez al día.

Las tres mujeres reflejaron en diarios los abusos sexuales y psíquicos a los que eran sometidas por Castro, quien en una ocasión las mantuvo encerradas en un vehículo durante tres días mientras tenía una visita en su casa.

El pasado 6 de mayo, en un descuido de Castro, Berry logró escapar y pedir auxilio a gritos.

Un vecino, Charles Ramsey, acudió en su rescate y ayudó a la joven a romper la puerta de la casa en la que estaba secuestrada.

Berry dijo a sus rescatadores que en la casa había más personas recluidas contra su voluntad: DeJesús, desaparecida en 2004 con 14 años; Knight, cuyo rastro se perdió en 2002, cuando tenía 20; y su propia hija, de seis años, fruto de los abusos de Castro.

Hace dos semanas las tres jóvenes difundieron un video en el que agradecieron la solidaridad que han recibido de la comunidad desde su liberación y manifestaron su «esperanza para una solución justa y rápida» del caso, al tiempo que expresaron «una gran fe en la oficina del fiscal y el tribunal». EFE

Más relacionadas