Crece la tensión en Egipto por torturas y cadáveres encontrados

Egipto (AP) — Las personas que viven en la calle Badr el-Din dicen que encontraron los cadáveres de dos jóvenes tirados sobre un montón de basura en un parque el 27 de julio. Amr Mohammed Salim, de 22 años, vendedor ambulante, fue hallado muerto, con las manos atadas y el cuerpo cubierto de heridas, dijeron residentes. A Hany Moussa, un ayudante de cocina de 24 años de edad, lo encontraron con un hilo de vida.

Los cadáveres fueron hallados a sólo tres cuadras de un campamento de los seguidores del presidente depuesto de Egipto Mohamed Morsi, que protestan por el nuevo gobierno, respaldado por el ejército.

El destino de los jóvenes es un misterio enterrado en los tumultuosos acontecimientos y feroces recriminaciones que han envuelto a Egipto durante las últimas cinco semanas.

Las autoridades egipcias dicen que casi una decena de cadáveres han aparecido cerca de dos sentadas masivas de apoyo a Morsi en El Cairo. Los medios de comunicación acusan a los manifestantes de matarlos.

Amnistía Internacional, con sede en Londres, dice que ha recogido testimonios oculares de partidarios Morsi torturando a miembros de grupos rivales. Otros activistas de derechos humanos dicen que las acusaciones siguen un patrón de abuso por parte de los manifestantes contra transeúntes sospechosos de ser espías de la policía.

Sin embargo, los participantes islamistas en las sentadas niegan haber torturado a alguien y, a diferencia de muchos de los incidentes más notorios de violencia que se han producido a lo largo de más de dos años de agitación política en Egipto, los ataques potencialmente mortíferos de los participantes en las protestas contra los transeúntes no han sido grabados en video.

A menudo las denuncias se han perdido en medio de una ola de acusaciones de medios menos creíbles contra los manifestantes. Por ejemplo, dicen que los autores son islamistas no egipcios o menores de edad reclutados en orfanatos. Esto ha hecho que muchos sospechen que las denuncias de tortura quizá son parte de la propaganda.

Los cadáveres y las denuncias de tortura atizan las demandas de los egipcios que se oponen a Morsi —una gran mayoría, al menos en El Cairo— de que las fuerzas de seguridad intervengan para desmantelar los campamentos de protesta. Sin embargo, ha aumentado la presión internacional sobre el gobierno egipcio para que evite que se repitan los enfrentamientos del 26 de julio, cuando las fuerzas de seguridad mataron a más de 80 manifestantes.

Al mismo tiempo, diplomáticos de Estados Unidos, incluyendo el subsecretario de Estado William Burns, están tratando de mediar en una solución. Si el intento fracasa, la idea de que los islamistas están torturando a los ciudadanos en dos enclaves fuera de la ley en El Cairo presionará al gobierno para que use la fuerza, lo cual podría desatar otro baño de sangre.

En la calle Badr el-Din, los testigos se negaron a dar sus nombres porque no quieren quedar atrapados en el conflicto. Sin embargo la identidad de Hany Moussa fue confirmada por su hermano Mohammed, quien recogió a su hermano herido. Ahora, dice Mohammed, el joven se recupera en un hospital del Delta del Nilo con hemorragias internas y 45 puntos de sutura en la cabeza.

«Está luchando por su vida», dijo Mohammed, y la mayor parte del tiempo «ni siquiera reconoce a su padre o a su madre». Sin embargo, él dice que su hermano ha tenido momentos de consciencia durante los cuales ha hablado de tres hombres barbudos que lo golpearon con palos y barras metálicas, lo que lleva a su hermano a culpar a la Hermandad Musulmana.

Muchas de las víctimas parecen haber sido capturadas después de enfrentamientos, ya sea porque se encontraban en un grupo anti-Morsi o porque fueron confundidos con policías auxiliares.

Informes de prensa y testimonios indican que otros eran vendedores ambulantes que acudieron a las sentadas para vender sus mercancías. Los manifestantes creen desde hace tiempo que algunos de estos vendedores son espías de la policía.

Algunos informes de los medios locales indican que los jóvenes de tendencia yihadista, más radical que la Hermandad, se hacen cargo de la seguridad y podrían ser responsables de la mayoría de los abusos.

Partidarios del presidente depuesto de Egipto Mohamed Morsi piden comida en una cocina improvisada durante una protesta contra el ejército egipcio cerca de la Universidad de El Cairo en Giza, Egipto, el lunes 5 de agosto de 2013. (Foto AP/Manu Brabo)
Partidarios del presidente depuesto de Egipto Mohamed Morsi piden comida en una cocina improvisada durante una protesta contra el ejército egipcio cerca de la Universidad de El Cairo en Giza, Egipto, el lunes 5 de agosto de 2013. (Foto AP/Manu Brabo)

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