66 muertos por ataques con bombas en Irak

BAGDAD (AP) — Residentes del área de Bagdad despertaron este miércoles bajo una oleada de bombas sincronizadas que tenían como blanco principalmente zonas chiíes y siete integrantes de una sola familia murieron mientras dormían en lo que parecía ser un ataque sectario en Irak. Por lo menos 66 personas murieron y muchas más resultaron heridas.

Mientras los crecientes ataques a gran escala son cada vez más comunes en el país, funcionarios iraquíes se preparan para más efectos secundarios de la guerra civil siria que se propaga a lo largo de la frontera oeste. El primer ministro Nuri al-Maliki anunció que ha puesto a su gobierno en alerta ante un posible ataque militar a Siria.

Los ataques de esta mañana representaron los más recientes de una incesante oleada de asesinatos que ha causado la muerte de miles de personas desde abril, marcando la peor serie de incidentes sangrientos desde 2008. Atentados coordinados con coches bomba han azotado Bagdad repetidamente por varios meses, en ocasiones tan seguidos como dos veces a la semana.

La violencia aumenta los temores de que Irak pudiera regresar al borde de una guerra civil alimentada por diferencias étnicas y sectarias.

Hoy, los insurgentes emplearon vehículos cargados con explosivos, ataques suicidas y otras bombas y se enfocaron en estacionamientos, mercados al aire libre y restaurantes en vecindarios de Bagdad de mayoría chií, de acuerdo con funcionarios. Una caravana militar también fue atacada en el sur de la capital.

Fuerzas de seguridad cerraron el paso a los sitios de los bombardeos mientras las ambulancias se apresuraban a recoger a los heridos. Los restos retorcidos de vehículos estaban esparcidos por el pavimento mientras personas asignadas a la limpieza de la zona y propietarios de tiendas retiraban los escombros. En un restaurante afectado por los ataques, el piso estaba manchado de sangre y los platos estaban regados sobre mesas de plástico.

«¿Qué pecado cometió esa gente inocente?», preguntó Ahmed Jassim, que atestiguó una de las explosiones en el vecindario de Hurriyá, en Bagdad. «Hacemos responsable al gobierno».

El barrio de Kazimiyá, en el norte y donde se ubica un importante santuario chií con domo de oro, fue el más afectado. Dos bombas detonaron en un estacionamiento del vecindario, seguido por un coche bomba que estalló cuando curiosos llegaron al lugar. La policía reportó que 10 personas fallecieron y 27 resultaron heridas.

Aunque nadie se ha hecho responsable de los atentados, tienen las características de los que suele perpetrar el brazo iraquí de al-Qaida, el cual considera herejes a los chitas.

Charles Lister, analista del Centro de Terrorismo e Insurgencia IHS Jane’s, organismo de base de datos, dijo que el grupo muestra cada vez más «enorme confianza y capacidad militar».

«Tanto por la frecuencia creciente y estadísticamente, la letalidad cada vez mayor de (sus) bombardeos coordinados en todo Irak subraya su alcance operacional y la enorme solidez de sus recursos», dijo.

La familia chií que murió en su hogar fue encontrada el poblado de mayoría suní de Latifiyah, aproximadamente a 30 kilómetros (20 millas) al sur de Bagdad. Tres niños, de ocho a 12 años, murieron junto a sus padres y dos tíos en el ataque, de acuerdo con la policía.

Las autoridades informaron que la familia había huido del pueblo tras recibir amenazas y regresó apenas hace tres semanas.

Muchas de las explosiones del día tenían como blanco la gente que salió a hacer sus compras o se dirigía a trabajar. Entre ellas estaba la de un coche bomba estacionado que explotó en una zona comercial en el vecindario de Shaab del norte de Bagdad, donde murieron nueve personas y otras 25 resultaron heridas.

Más coches bomba estacionados estallaron en mercados al aire libre en el extenso barrio pobre de Ciudad Sadr, donde perecieron cinco. Ataques similares se registraron en el vecindario de Shula, matando a tres; en el distrito sureste de Jisr Diyala murieron ocho; y en Nueva Bagdad, Bayá, Jamila, Hurriyá y Saydiyá perecieron 15 en total.

En Mahmudiyá, 30 kilómetros (20 millas) al sur de Bagdad, un atacante suicida detonó su carga fuera de un restaurante, matando a cuatro e hiriendo a 13 y en Madain, 25 kilómetros (15 millas) al sureste de la capital, una bomba a un lado de la carretera mató a cuatro soldados e hirió a seis más.

Funcionarios médicos confirmaron las cifras de fallecidos y dijeron que hubo más de 190 heridos. Todos los que dieron información hablaron con la condición de no ser identificados porque no estaban autorizados a hablar con los periodistas.

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