Obama no logra apoyo del G20 para atacar Siria pero seguirá con su plan

La cumbre de líderes del G20 concluyó este viernes en San Petersurgo sin que el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, lograra el respaldo de sus socios para atacar Siria, pero sin que estos pudieran persuadirle de abandonar sus planes de castigar militarmente al régimen de Bachar al Asad.

La crisis de Siria y su evolución desde que Washington acusó a Damasco de haber empleado armas químicas contra la población el 21 de agosto se coló definitivamente en la cita anual de los mandatarios de este foro de países industrializados y emergentes, hasta el punto de dominar los debates.

«Seguimos pensando que el régimen de Al Asad usó armas químicas y es una tragedia… Debe haber una respuesta firme y medidas serias» para castigar a Damasco, pues las armas químicas son un peligro para toda la región», afirmó el presidente de EEUU en la conferencia de prensa que ofreció al final de dos días de cumbre.

Obama señaló que había tratado sobre la crisis siria ayer y hoy con sus colegas del G20, y que continuará en los próximos días tratando de buscar apoyos de sus socios extranjeros para una intervención armada contra Siria.

Además, anunció que el próximo martes 10 se dirigirá a los estadounidenses para hablar sobre este asunto, en lo que supone una inquietante señal de que seguirá adelante con su idea de intervenir militarmente en el país árabe.

El mandatario estadounidense reconoció que, si bien la gran mayoría de sus colegas del G20 comparten la idea de que Al Asad ha rebasado la línea roja empleando armas químicas contra su población, muchos consideran inaceptable lanzar un ataque sin el aval del Consejo de Seguridad de la ONU.

Pero dejó claro que eso no le detendrá porque «el Consejo de Seguridad de la ONU prácticamente está paralizado para una decisión sobre la cuestión siria», en alusión a la postura de Rusia y China contraria a una intervención, y cuyo veto lo impediría.

Su colega británico, David Cameron, aliado de EEUU en tantas acciones bélicas, mostró su total comprensión y apoyo al amigo americano, y no excluyó acciones en Siria sin mandato de una resolución del Consejo de Seguridad de la ONU.

«Todos creemos que ha llegado el momento de actuar para evitar una catástrofe humanitaria. Será mejor con resolución, pero no se puede excluir acciones (en relación a Siria) si no se logra» tal resolución, dijo Cameron.

Pero el premier británico está atado de pies y manos para participar en una acción militar por el rechazo de su Parlamento.

Obama sufrió incluso un revés de quien hasta ahora era el único socio europeo que estaba dispuesto a participar en un ataque contra Siria, el presidente de Francia, François Hollande.

El inquilino del Elíseo afirmó hoy que decidirá sobre la participación de su país sólo tras la presentación del informe de los expertos de la ONU sobre el uso de armas químicas en el país árabe.

«Ahora, esperamos la decisión del Congreso y el Senado de EEUU. Después, el informe de la ONU. Como resultado de todo esto, tomaré una decisión. Me dirigiré al pueblo y anunciaré mi decisión«, afirmó Hollande en su rueda de prensa tras la cumbre del G20.

«El informe de los expertos de la ONU debe ser presentado lo antes posible», dijo.

Durante la cumbre, la diplomacia trabajó a contrarreloj para tratar de evitar una intervención aliada en Siria de imprevisibles consecuencias.

El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, y su representante especial para Siria, Lajdar Brahimi, se emplearon a fondo para concienciar a los líderes de que un ataque sólo agravaría la catastrófica situación humanitaria en Sira, donde dos años de guerra han causado más de cuatro millones de desplazados y dos millones de refugiados en los países vecinos.

Ban pidió a los líderes que den un impulso definitivo a la búsqueda de una solución política para la crisis de Siria y aseguró que está determinado a «renovar los esfuerzos para convocar rápidamente la conferencia de paz de Ginebra sobre Siria».

Brahimi advirtió a los ministros de Exteriores del G20, reunidos en un almuerzo por el titular ruso, Serguéi Lavrov, de que «nadie puede utilizar la fuerza sin el beneplácito del Consejo de Seguridad de la ONU».

El anfitrión de la cumbre, el ruso Vladímir Putin, principal aliado de Damasco y opuesto radicalmente a un ataque, afirmó que su país ayudará a Siria en caso de un ataque militar exterior.

«¿Vamos a ayudar a Siria? Sí», afirmó Putin. «Ya estamos ayudando. Suministramos armas y cooperamos en el terreno económico».

Y aseguró que los planes de Estados Unidos de lanzar un ataque «limitado» a Siria sólo cuentan con el respaldo de cinco países del G20, que enumeró: Francia, Canadá, Turquía, Arabia Saudí y el Reino Unido.

La Casa Blanca cotraatacó poco después difundiendo una lista de once países que estarían a favor de una «fuerte respuesta internacional» tras el uso de armas químicas en Siria: Australia, Canadá, Francia, Italia, Japón, Corea del Sur, Arabia Saudí, España, Turquía, Reino Unido y EEUU.EFE

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