LAMPEDUSA, Italia (AP) — Las aguas agitadas dificultaban este viernes la búsqueda de decenas de inmigrantes desaparecidos tras hundirse su precaria embarcación frente a la isla meridional italiana de Lampedusa.
La magnitud de la tragedia —con 111 cadáveres recuperados hasta ahora y muchos más desaparecidos — desató intenso dolor y exigencias de una política amplia de inmigración para manejar la ola de inmigrantes que huyen de la pobreza y la violencia en África y Oriente Medio.
El papa Francisco dijo que hoy era «un día de lágrimas» y denunció el «salvaje» sistema que obliga a las personas a dejar sus casas en busca de una vida mejor, pero sin importarle si en el proceso mueren.
La embarcación de 20 metros (66 pies) de eslora llevaba inmigrantes de Eritrea, Ghana y Somalia, según el servicio de guardacostas. Comenzó a hacer agua y luego se incendió cuando alguien prendió un trozo de tela para llamar la atención de los barcos que pasaban. Los buzos de la Guardia Costera localizaron los restos de la nave en el lecho marino, a unos 40 metros (130 pies) de la superficie.
Las autoridades dijeron que solamente sobrevivieron 155 personas de entre 450 a 500 que se cree iban en la embarcación.
Los guardacostas italianos, botes pesqueros y helicópteros de la región participan en las labores de recuperación. Las cuadrillas de rescate apilaron decenas de bolsas con cadáveres en el puerto de Lampedusa, alineándolas en el muelle bajo lonas de diversos colores.
Fue uno de los accidentes más mortíferos en el peligroso estrecho que miles de inmigrantes cruzan cada año en busca de mejor fortuna en la Unión Europea. Los contrabandistas cobran miles de dólares por persona antes del viaje en embarcaciones congestionadas y precarias que carecen de chalecos salvavidas.
Centenares de inmigrantes llegan a diario a la costa italiana, especialmente en el verano, cuando la mar está más calmada. Lampedusa, a 113 kilómetros (70 millas) de Túnez y más cerca de África que de Italia, ha sido el punto de entrada de inmigrantes irregulares.