Indignación en Francia por espionaje de la NSA

PARIS (AP) — La Agencia de Seguridad Nacional de Estados Unidos examinó hasta 70,3 millones de registros de teléfonos celulares franceses en un periodo de 30 días, según un reporte que ofreció nuevos detalles sobre un gigantesco programa de espionaje que ha hecho enojar a varios aliados de Washington.

El gobierno francés convocó este lunes al embajador estadounidense para pedirle explicaciones.

La información del periódico Le Monde, escrita en parte por Glenn Greenwald —que dio a conocer el programa de vigilancia electrónica de la NSA (siglas en inglés de la agencia)_, descubrió que cuando se utilizaban ciertos números, las conversaciones eran grabadas automáticamente. La operación de espionaje recuperaba además mensajes de texto basados en palabras clave, dijo Le Monde según los registros del 10 de diciembre al 7 de enero.

El reportaje del periódico fue publicado en momentos en que el secretario de Estado norteamericano John Kerry llegaba a París el lunes para dialogar sobre el proceso de paz entre Israel y las autoridades palestinas.

«Este tipo de práctica entre socios que invade la privacidad es totalmente inaceptable y debemos asegurarnos, rápidamente, que no vuelva a ocurrir», dijo el canciller francés Laurent Fabius durante una entrevista en Luxemburgo con sus colegas europeos. Fabius indicó que el embajador estadounidense fue convocado a la cancillería por ese motivo.

Programas similares han sido detectados en Gran Bretaña y Alemania. En Brasil la noticia indignó tanto a la presidenta Dilma Rousseff que canceló una visita de estado a Washington y denunció públicamente a Estados Unidos por la «violación de los derechos humanos y las libertades civiles».

Los documentos más recientes mencionados por Le Monde, fechados en abril del 2013, también indicaron el interés de la NSA en direcciones de correo electrónico vinculadas a Wanadoo —otrora parte de France Telecom— y a Alcatel-Lucent, la empresa de telecomunicaciones francesa-estadounidense. Uno de los documentos indicó a los analistas que examinaran no solamente la información obtenida con el programa de vigilancia electrónica, sino con otra iniciativa llamada Upstream, que permitía el seguimiento del tráfico de las comunicaciones por cables submarinos.

Ni la embajada estadounidense ni la vocera del Departamento de Estado Jen Psaki formularon comentarios al respecto.

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