Pekín dice que incidente en Tiananmen fue un «ataque terrorista organizado»

Pekín, 30 oct (EFE).- El Gobierno chino dijo hoy que Pekín fue objeto de un «ataque terrorista organizado» el pasado lunes, cuando un automóvil invadió la emblemática Plaza de Tiananmen y se incendió a las puertas de la Ciudad Prohibida, causando 5 muertos y al menos 40 heridos.

Las autoridades ya han detenido a cinco sospechosos de orquestar este «ataque premeditado y cuidadosamente planificado», que tiene lugar, además, en un momento clave, a una semana de celebrarse el plenario anual del Partido Comunista de China (PCCh).

Según informó la televisión estatal, CCTV, la policía pequinesa ha concluido que en el interior del coche viajaba un hombre (Usmen Hasan), junto a su mujer (Gulkiz Gini) y su madre (Kuwanhan Reyim), que «de forma deliberada» estrelló e incendió el todoterreno a las puertas del palacio imperial.

Las autoridades hallaron en el vehículo un envase de gasolina, además de dos espadas, una vara de hierro y panfletos con «contenido religioso extremista» y dijeron que la matrícula era de Xinjiang, región del noroeste de China de mayoría musulmana y habitada principalmente por la etnia uigur.

Esa zona, en la que según las autoridades chinas operan grupos terroristas separatistas, es escenario de enfrentamientos entre los uigures y los chinos han, mayoritarios en el país.

Los tres ocupantes del coche que ardió en Tiananmen fallecieron, así como dos turistas, un chino del sur del país y una mujer de Filipinas, que fueron atropellados.

Otras 40 personas resultaron heridas, entre ellas, tres turistas de Filipinas, una de Japón, y algún policía.

Los nombres de los cinco detenidos fueron divulgados por la agencia oficial Xinhua, según la cual los arrestados «afirmaron conocer a los fallecidos» y haber planeado un ataque terrorista.

Las autoridades precisaron que en el alojamiento temporal de los sospechosos se encontraron panfletos con contenido religioso extremista y «banderas de la Yihad», además de cuchillos y otras armas que decomisaron.

La Policía buscaba desde el lunes a ocho sospechosos, en su mayoría de etnia uigur, según una nota que las autoridades pasaron a todos los hoteles de la capital para que los establecimientos avisaran si les habían alojado.

Según este documento, todos ellos proceden de Xinjiang, en cuya capital, Urumqi, se registraron en 2009 violentos enfrentamientos entre uigures y chinos han que causaron más de 200 muertos.

El Gobierno chino atribuye ese suceso y otros ocurridos en la zona a grupos terroristas que buscan la creación de un «Turkestán Oriental» independiente en Xinjiang, mientras los uigures denuncian sufrir todo tipo de discriminaciones en China, desde laborales, sociales y hasta religiosas.

El Congreso Mundial Uigur, que reúne a los uigures en el exilio, pidió hoy cautela sobre las acusaciones relativas al incidente.

«El Gobierno chino no dudará en inventar una versión del incidente en Pekín para imponer una mayor represión al pueblo uigur. Las autoridades chinas usaron la guerra contra el terror para justificar duras medidas contra los uigures en el Turkestán Oriental», advirtió la presidenta de la organización, Rebiya Kadeer.

Los uigures temen que, con el incidente Tiananmen, aumente la represión y la discriminación de las que son objeto.

«Temo por el futuro del Turkestán Oriental y el pueblo uigur más que nunca», indicó Kadeer, quien trasladó su «enorme pesar» por las muertes ocurridas en el incidente y rechazó «la violencia en todas sus formas».

El incidente ha provocado el aumento de la vigilancia en Pekín, donde dos días después del suceso hay más controles en el metro así como a los vehículos, mientras la plaza de Tiananmen está aún más atestada de policías que de costumbre.

Parte de estos dispositivos fueron los encargados de limpiar y evacuar el lunes la zona del suceso con extremada rapidez, y de detener a periodistas que se acercaron al lugar, al mismo tiempo que se censuraba la información en internet y los medios estatales obviaban el tema o informaban de él brevemente y como un «accidente de tráfico».

No obstante, numerosas imágenes del todoterreno blanco incendiado, del humo negro que salía de él frente a la Ciudad Prohibida o de heridos sentados a las puertas de este templo con sangre a su alrededor escaparon por unas horas al habitual bloqueo de la red. EFE

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