Según Irán, acuerdo reconoce su derecho a enriquecer uranio

Teherán, 24 nov (EFE).- Los dirigentes de Irán consideran que el acuerdo alcanzado esta madrugada en Ginebra -que congelará su programa nuclear durante seis meses– supone un reconocimiento del mundo a su derecho a enriquecer uranio y un alivio inmediato de las sanciones que asfixian su economía.

Las autoridades iraníes no dejaron hoy de felicitarse por un pacto que, a su entender, supone un «éxito» porque logra reafirmar frente a la comunidad internacional su derecho a desarrollar la energía nuclear con fines exclusivamente pacíficos.

«El logro central es que los derechos a enriquecer uranio en suelo iraní han sido reconocidos por las naciones. Esto ha sido explícitamente estipulado por este acuerdo», manifestó el presidente iraní, Hasán Rohaní, en una rueda de prensa esta mañana, en la que prometió a sus ciudadanos que «el enriquecimiento continuará como en el pasado».

«(Las instalaciones nucleares de) Natanz, Fordó, Arak, Isfahán y Bandar Abás continuarán sus actividades», señaló el dirigente, que felicitó al equipo negociador por haber logrado un pacto que ha tardado una década en alcanzarse.

El texto, en realidad, no reconoce explícitamente el derecho a enriquecer uranio, aunque sí a desarrollar «la energía nuclear con fines pacíficos» y en conformidad con el Tratado de No Proliferación, del que Teherán es firmante.

El denominado «Plan de Acción Conjunto», si bien permite seguir enriqueciendo, lo hace a un nivel inferior al cinco por ciento y exige la disolución de buena parte de las reservas de uranio enriquecido al veinte por ciento, un nivel próximo al necesario para fabricar una bomba nuclear.

La rápida felicitación del líder supremo de la República Islámica, el ayatolá Alí Jameneí, que dio su bendición al acuerdo públicamente esta mañana, podría poner coto a las críticas que pudieran tener los sectores más conservadores en Irán, contrarios a cualquier pacto con Occidente y sobre todo con EEUU.

Además, de felicitar al Gobierno por el logro, Jameneí dio luz verde para que se siga negociando con el fin de obtener un acuerdo definitivo que ponga fin a una década de disputas que alivie las sanciones internacionales que paralizan la economía iraní.

El texto de Ginebra compromete a las naciones a no imponer nuevas sanciones a Irán, permitir las ventas de crudo a los clientes actuales al nivel actual y repatriar más de 4.000 millones de dólares obtenidos de la venta de petróleo que están congelados en cuentas extranjeras.

También se levantan las sanciones sobre las exportaciones de productos petroquímicos, oro, metales preciosos y la industria automovilística, y se permite la importación de repuestos de aviación.

Además, se abre un «canal humanitario» para la entrada de alimentos, productos agrícolas, medicinas, equipos médicos y para el pago de estudios en el extranjero.

Estos cambios darán un respiro a la deteriorada economía del país, que sufre una inflación del 40%, un desempleo superior al 20% y tiene al sector privado funcionando a la mitad de su potencial.

El acuerdo recibió el rechazo de Israel, donde el gobierno de Benjamín Netanyahu lo calificó de «error histórico» que ha convertido el mundo «en un lugar mucho más peligroso».

Rohaní aseguró que el avance en Ginebra es el comienzo para que «todas las sanciones sean levantadas paso a paso» y prometió que «Irán cumplirá» con los compromisos adquiridos.

«Estamos contentos de que después de diez años se haya alcanzado un acuerdo, aunque sea solo uno inicial», dijo el presidente iraní, que anunció que las conversaciones para el pacto definitivo empezarán «de inmediato».

«Hay una fuerte voluntad por parte de Irán y esperamos que la haya también de la otra parte», añadió, e insistió en su deseo de mantener una «interacción constructiva con el mundo» y generar un «clima de confianza», un camino largo y bilateral cuyos primeros pasos «ya se han dado».

Rohaní insistió en que su país «ni ha buscado, ni busca ni buscará tener armas nucleares» y advirtió contra la imagen distorsionada que se ha creado de él, que atribuyó a lo que denominó «iranofobia».

El pacto de Ginebra es muestra la voluntad de Teherán de reconciliarse con el mundo y podría suponer el primer paso hacia el fin de su aislamiento internacional. EFE

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Por Ana Cárdenes, de EFE. Foto del presidente iraní, Hasán Rohaní, AP/Archivo

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