Raúl Castro propone medidas defensivas ante transnacionales

LA HABANA (AP) — Sin importar si los países de América Latina sean diversos o sus gobiernos de diferente ideología, la región debe ponerse de acuerdo en defender sus intereses ante las transnacionales y las potencias que se aprovechan de los recursos a la par que constituir un verdadero bloque regional, dijo el martes el presidente cubano Raúl Castro.

Castro fue el anfitrión de decenas de presidentes latinoamericanos que se reunieron en Cuba para la II Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC).

«Hemos ido acercando posiciones», expresó Castro vestido de traje y corbata. «A pesar de las inevitables diferencias, se fomenta un espíritu de mayor unidad en la diversidad, que debe ser el fin último», dijo el presidente al inaugurar la cita de la CELAC, que reúne a todos los países del continente menos a Estados Unidos y Canadá.

Castro resaltó el martes un tema que de una forma u otra está presente en varios países de la región: la necesidad de la inversión extranjera, pero también las dificultades para controlar a las transnacionales.

«Son innegables los beneficios de la inversión directa», expresó Castro. «Pero olvidamos que el crecimiento desmedido de las utilidades que obtienen, 5,5 veces en los últimos 9 años» afecta la balanza de pagos de las naciones.

Debemos «ejercer plenamente la soberanía de nuestros recursos y plantearnos políticas adecuadas… con las empresas transnacionales que operan en los países que componen la CELAC», comentó el gobernante, quien sin nombrar específicamente hizo alusión indirecta al conflicto que enfrenta a Ecuador con la petrolera Chevron.

También en esta dirección criticó a los «centros de poder» que no se «resignan» a perder la influencia en una «rica región».

Entre los asistentes se encontraban los gobernantes de las naciones más grandes de la región como el mexicano Enrique Peña Nieto; la brasileña Dilma Rousseff y la argentina Cristina Fernández.

También los hubo de las más pequeñas como Michel Martelly de Haití, la jamaiquina Portia Simpson Miller, el nicaragüense Daniel Ortega o el paraguayo Horacio Cartes.

Aunque hubo una sesión a puertas cerradas, por la tarde y noche algunos mandatarios tomaron la palabra.

«La integración de América Latina es un proyecto estratégico», expresó Rousseff. «La CELAC no impide las relaciones bilaterales dentro y fuera de la región, por el contrario, las fortalecen».

Unos minutos después le tocó el turno a Fernández, quien dijo que cada vez más el mundo se iba agrupando en bloques por lo que la tarea de la CELAC era «identificar también cómo va a ser nuestra relación con los otros en el mundo» y «qué es lo que nos conviene como región».

Temas como la necesidad de darle más valor agregado a la economía para no ser solo exportadores de materias primas, combatir la desigualdad, ampliar el acceso a la educación como una forma de desarrollo así como luchar de conjunto contra el narcotráfico o la violencia, fueron temas mencionados por los gobernantes.

«Tengo mucho esperanza en esta cumbre de la CELAC», dijo el presidente Rafael Correa de Ecuador a medios de prensa que lo abordaron. «La integración latinoamericana avanza y avanza rápido y a paso firme. Esas son buenas noticias para la región».

Al comenzar su discurso inaugural Castro pidió un minuto de silencio en memoria al fallecido mandatario venezolano Hugo Chávez, a quien consideró «ferviente e incansable» promotor de la integración regional.

Chávez fue uno de los más firmes impulsores de la CELAC, que se constituyó en 2010 en México y se puso en marcha precisamente en Caracas, en 2011.

El venezolano nunca ocultó la animadversión que le provocaba que el foro de concertación interamericana par excelencia fuera la Organización de los Estados Americanos (OEA), con sede en Washington.

El secretario general de la OEA José Miguel Insulza también estaba entre los invitados a la cumbre en Cuba, país que no visitaba un titular de ese organismo desde su creación en 1948.

Otro de los invitados especiales fue el secretario de las Naciones Unidas, Ban Ki-moon.

«La presencia de Ban es también muy importante, es una manera de reconocer a la CELAC como un organismo de la nueva geopolítica internacional», dijo a la AP el ensayista y analista franco-español Ignacio Ramonet.

Ramonet destacó que era singular que el secretario llegara para la Cumbre en Cuba, «el mismo año en que el Departamento de Estado (de Estados Unidos) integra a este país en una lista de países terrorista que no tiene ningún sentido y todo el mundo lo sabe».

La Cumbre se desarrollará en Cuba el martes y el miércoles y muchos presidentes aprovecharon para realizar bilaterales.

Peña Nieto, por ejemplo, almorzó con su colega uruguayo José Mujica, a quien le impuso la medalla del Águila Azteca, una de la condecoraciones más importantes de su país y en honor a la lucha social realizada por el sudamericano a lo largo de su vida.

Hubo algunos líderes que también presentaron sus saludos al líder cubano Fidel Castro, entre ellos el secretario general de la ONU.

El portal Oficial Cubadebate, informó el martes que el ex gobernante cubano de 87 años vio el lunes a la mandataria Rousseff y a la primera ministra de Jamaica, Portia Simpson Miller. Aunque Castro se encuentra alejado del poder y hay permanente rumores sobre su salud, suele recibir a personalidades.

El domingo almorzó con la mandataria argentina Cristina Fernández.

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