Timoshenko sale de prisión en silla de ruedas y llora a los héroes

Kiev, 22 feb (EFE).- Yulia Timoshenko, líder de la resistencia contra el denostado presidente ucraniano Víktor Yanukóvich, lloró hoy a los héroes de la nueva Ucrania alumbrada de las barricadas y levantada sobre las sangre de sus mártires, muertos esta semana en los disturbios más violentos de la historia contemporánea del país.

Decenas de miles de personas salieron hoy, una vez más, a la plaza de la Independencia de Kiev -cuyo sobrenombre popular, Maidán, será ahora recordado por mucho tiempo en todo el mundo- para recibir a la mujer que ya lideró hace diez años otra protesta, entonces pacífica, que pasó a la historia como la Revolución Naranja.

Y como ahora, también entonces su contrincante era Víktor Yanukóvich, que tras haber ganado unas elecciones fraudulentas tuvo que ceder a la indignación popular, comandada por la siempre carismática Timoshenko, y convocar otros comicios.

Una década después, y tras haber pasado casi dos años en prisión, una visiblemente desmejorada Timoshenko salió al escenario del Maidán en silla de ruedas para demostrar que no ha perdido su carisma y su fuego interior.

«Cuando llegué a Kiev hoy no lo reconocí. Es una nueva Ucrania, vosotros nos habéis regalado este país. Y por eso la gente que estuvo en el Maidan, la gente que murió en el Maidán, son héroes. ¡Y los héroes no se mueren!», dijo entre lágrimas desde el escenario.

Decenas de miles de personas, que instantes antes reclamaron a los líderes de la protesta que saliera la exprimera ministra, le respondieron al unísono con la misma frase: «¡Los héroes no se mueren!».

Mientras el coche que llevaba a la opositora desde el aeropuerto de Kiev al Maidán, decenas de miles de velas alumbraron la plaza para despedir a los muertos en los sanguinarios enfrentamientos que se desataron aquí el pasado martes y continuaron aún con más virulencia el jueves.

La marea humana se abrió en canal para dar paso al ataúd de uno de los fallecidos, llevado hasta los pies del escenario, donde se ofició una misa por la víctima, un hombre que como muchos otros pudo morir por la bala de los francotiradores que sembraron el terror hace dos días en Kiev.

«Cuando los francotiradores disparaban a nuestros chicos, estaban disparando al corazón de cada uno de nosotros. Pero ninguno de ellos puede librarse de responder por lo que han hecho», prometió Timoshenko a los manifestantes, que exigieron, durante tres largos y fríos meses de invierno, la dimisión de su máximo rival político.

La revolución se consumó horas antes, cuando una renovada mayoría parlamentaria en la Rada Suprema (Legislativo) destituyó a Yanukóvich por dejación de sus funciones constitucionales y ordenó la inmediata liberación de Timoshenko.

Considerada como presa política por muchas democracias occidentales, la exjefa del Gobierno nunca se había reconocido culpable de los delitos por que los que fue condenada a siete años de prisión.

Sostuvo siempre que era víctima de la persecución política por parte de Yanukóvich y sus partidarios, que la juzgaron y condenaron por firmar un contrato de suministro gasístico con Rusia, calificado como oneroso para los intereses de Ucrania por el ya expresidente.

Nada más abandonar la prisión, Timoshenko anunció su candidatura a la Jefatura del Estado en las elecciones presidenciales anticipadas convocadas por el Parlamento apenas unas horas antes para el próximo 25 de mayo.

«La dictadura ha caído», dijo en su primera declaración pública tras recobrar la libertad.

Antes de destituir a Yanukñovich y liberar a Timoshenko, el Legislativo ucraniano dio un viraje político colosal al país en apenas una sesión, que empezó por la mañana con Kiev tomado por los manifestantes.

Los diputados restituyeron definitivamente la Constitución de 2004 y con ella un sistema mixto parlamentario-presidencialista, nombraron un nuevo presidente del Parlamento, acordaron constituir en un breve plazo un nuevo Gobierno, y nombraron a nuevos titulares de las carteras de Interior y Defensa.

Pocos se acuerdan ya de cómo empezó la multitudinaria protesta en Ucrania, cuando a finales del pasado mes de noviembre, Yanukovich daba la espalda a la Unión Europea al negarse a firmar un Acuerdo de Asociación con los Veintiocho. EFE

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