África se transforma en mercado de la cocaína latinoamericana

Dakar, 21 mar (EFE).- África Occidental ha dejado de ser sólo una ruta de paso de la cocaína de América Latina hacia Europa para transformarse también en un mercado que demanda una versión de esa droga más barata y dañina para la salud de los consumidores, según la Oficina de la ONU contra la Droga y el Delito (ONUDD).

El coordinador de la ONUDD para África Occidental y Central, Pierre Lapaque, manifiesta en una entrevista con Efe que «por su ubicación, África Occidental se ha convertido en los últimos quince años en una de las rutas de los narcotraficantes que exportan la cocaína desde Colombia, Perú y Bolivia hacia Europa».

Según Lapaque, cuya oficina se encuentra en Dakar, el oeste de África se está erigiendo en una zona de consumo de cocaína de menor calidad con la que los narcotraficantes pagan a sus colaboradores locales.

«Hace años -explica-, los narcotraficantes pagaban a los socios locales en metálico, pero ahora les dejan parte del producto, que ellos venden a un precio barato» en territorio africano.

Ese producto adulterado es mucho más nocivo para la salud, en palabras del responsable regional de la ONUDD, quien resalta que esa droga, más accesible que la cocaína pura, hace la competencia al cannabis, tradicionalmente consumido en los países de África Occidental.

De acuerdo con Lapaque, América Latina continúan siendo el principal suministrador de cocaína a nivel mundial.

«El 99 por ciento de la cocaína producida en el mundo -indica- proviene de Perú, Bolivia y Colombia. Estos tres países alimentan el mercado de Estados Unidos y Canadá, y el mercado europeo, que son los principales destinos de la droga».

Tradicionalmente, la cocaína procedente de Latinoamérica llegaba a los países africanos por avión, aunque hoy día se ha incrementado el transporte por barco, relata Lapaque, quien subraya la complicidad con el narcotráfico de pesqueros que faenan en la zona.

El representante de la ONUDD lamenta que los países de la región no dispongan de los medios técnicos adecuados para enfrentarse con la eficacia a los traficantes de operan en el mar.

«Los países africanos -apunta- no tienen los medios para luchar contra el tráfico de droga marítimo. Es importante que dominen la técnica para interceptar los buques implicados en el contrabando de drogas».

En su opinión, el arresto del exjefe del Estado Mayor de la Armada de Guinea Bisau, vicealmirante Jose Américo Bubo Na Tchuto, en 2013 en aguas internacionales próximas a Cabo Verde por fuerzas antidroga caboverdianas y de EEUU ha tenido un impacto positivo en la lucha contra los narcotraficantes.

«La detención de Na Tchuto -sostiene- ha frenado el tráfico en este país, donde los aviones aterrizaban con importantes cantidades de cocaína, sin que se pudiera acusar a los dirigentes locales» supuestamente involucrados en esa actividad ilegal.

La situación ha mejorado en Guinea Bissau desde la detención de Na Tchuto, pero eso no significa que se haya erradicado el problema en ese país, que no es el único destino de la droga procedente de Sudamérica.

Los estupefacientes llegan también a Sierra Leona, Guinea, Liberia, Gambia y Senegal, precisa Lapaque, quien descarta cualquier complicidad estatal con el narcotráfico.

«No diría que hay Estados cómplices -asevera-, pero en cambio se puede decir que, en el seno de los Estados hay complicidades de altos cargos. Eso se ha comprobado en el caso de Guinea Bissau».

Para hacer frente a la escasez de medios, los quince países miembros de la Comunidad Económica de los Estados de África Occidental (CEDEAO) adoptaron en 2008, en Praia (Cabo Verde), un plan común de lucha contra las drogas.

Lapaque cree que ese plan no ha movilizado los fondos necesarios para alcanzar sus objetivos y necesita mayor apoyo de la comunidad internacional para hacer realidad sus ambiciones.

África Occidental cuenta con entre 1,5 y 2 millones de consumidores de drogas, según el experto de la ONU, que subraya la urgencia de tomar medidas para hacerse cargo de los drogadictos con el fin de reducir la demanda.

«La juventud africana -advierte- está en peligro a causa de la llegada de drogas más baratas y mucho más peligrosas. Es un problema que debe ser tratado por los africanos».

Preguntado sobre el impacto que pueden tener en África iniciativas como la ley que regula la producción, distribución y venta de marihuana en Uruguay, Lapaque contesta que no ve razones para vislumbrar una reproducción de ese fenómeno en el continente.

«En África Occidental -subraya-, la tendencia es totalmente diferente y no hay ningún motivo para poner en duda la voluntad de los dirigentes de mantener las leyes de prohibición de la venta y el consumo de las drogas, incluso el cannabis, cultivado ilegalmente en casi todos los países africanos». EFE

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