Kerry advierte que negociaciones en Oriente Medio no durarán siempre

Rabat, 4 abr (EFE).- El secretario de Estado de EEUU, John Kerry, recordó hoy en Rabat a los israelíes y palestinos que las negociaciones de paz, bloqueadas por la actitud «poco constructiva de las dos partes», no durarán eternamente porque hay «límites en el tiempo y en los esfuerzos».

Sin querer mostrar abiertamente su pesimismo en la rueda de prensa durante su visita oficial a Rabat, sí dejó ver que la comunidad internacional está preocupada también por otros conflictos como los de Ucrania y Siria, y por ello las negociaciones israelo-palestinas no pueden durar «de forma indefinida».

Sin embargo, Kerry no precisó cuáles son esos límites, y solo subrayó que trasladará hoy mismo, en cuanto llegue a Washington, el estado de la situación al presidente Barack Obama y a su gobierno.

El actual proceso de paz israelo-palestino que comenzó hace nueve meses choca con la definitiva negativa de Israel a liberar a más presos palestinos, y la decisión de la Autoridad Nacional Palestina (ANP) de solicitar su adhesión a quince organismos y convenios internacionales.

Kerry insistió hoy en que «corresponde a las dos partes» llegar a una solución, y destacó la voluntad de los palestinos e israelíes para seguir el proceso negociador, pero al mismo tiempo criticó su actitud «poco constructiva».

Poco antes de la rueda de prensa, Kerry había abierto la segunda sesión del llamado Diálogo estratégico entre Estados Unidos y Marruecos, en un discurso en el que solo tuvo palabras de elogio para el rumbo político, económico y hasta religioso emprendido por Marruecos.

Su discurso no incluyó la menor sombra de crítica al país magrebí ni tampoco hubo mención alguna a cuestiones controvertidas, como la situación del Sahara Occidental.

Kerry alabó las «enormes transformaciones» que Marruecos ha emprendido «bajo el liderazgo de Mohamed VI», un proceso que «Estados Unidos está comprometido» a apoyar mediante reformas que le permitan afrontar el futuro.

El secretario de Estado dijo que en un mundo donde persisten grandes resistencias a la modernidad, Marruecos «ha definido su propio camino y su velocidad» para emprender estos cambios, y Estados Unidos «está aquí para ayudar a construir ese futuro común».

Las palabras de Kerry agradarán a Marruecos, un país que siempre subraya su carácter excepcional en un mundo árabe convulso y que reivindica su propio ritmo de reformas en una transición a la democracia que dura tanto como el reinado de Mohamed VI (15 años).

El jefe de la diplomacia estadounidense elogió, además, el hecho de que Marruecos sea «un país abierto a los negocios y al mundo, lo cual es estimulante», lo mismo que la creciente presencia económica y comercial de Marruecos en los países del África subsahariana.

Igualmente, se refirió al «claro compromiso militar de Marruecos con la estabilidad en África», su papel «activo» en la lucha contra el terrorismo y hasta la «tolerancia religiosa» que se practica en el país.

Kerry ni siquiera mencionó la cuestión del Sahara Occidental, que el pasado año fue causa de un profundo encontronazo entre su país y Marruecos, cuando Estados Unidos trató de introducir competencias en materia de derechos humanos en el mandato de la Minurso (misión de la ONU en el Sahara) y Marruecos se sintió atacado.

La tremenda ofensiva diplomática emprendida entonces por Marruecos ante las grandes potencias dio sus frutos y finalmente la iniciativa estadounidense no prosperó, y aunque Rabat anuló unilateralmente unos ejercicios militares conjuntos en las costas marroquíes (African Lion), este año se han vuelto a celebrar.

A John Kerry se le supone una inclinación mayor que su predecesora, Hillary Clinton, hacia cuestiones de derechos humanos, pero el discurso que hoy pronunció en Rabat fue prácticamente calcado al que su antecesora hizo en su última visita en esta capital, con la salvedad de que ella sí apoyó explícitamente el plan marroquí de autonomía en el Sahara con el que Rabat pretende dar carpetazo a toda idea de referéndum de autodeterminación. EFE

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