Habitantes de Managua, en espera de otro terremoto

Managua, 14 abr (EFE).- Miles de habitantes de Managua amanecieron hoy en las calles y áreas verdes con sus camas y enseres, tras sufrir el tercer fuerte sismo en cuatro días, una situación que no experimentaban desde el 23 de diciembre de 1972, cuando un terremoto devastó la ciudad y causó unas 10.000 muertes.

«La gente buscó los espacios verdes, hay que ir a las áreas verdes, sobre todo en las horas de la noche», dijo la primera dama y coordinadora del Consejo de Comunicación y Ciudadanía, Rosario Murillo, a través de los medios del gobierno.

Al menos 25 casas colapsaron en los municipios de Managua, Mateare, Ciudad Sandino y Tipitapa como producto del último de los sismos fuertes, de magnitud 5,6 Richter, ocurrido a las 23.07 hora local (05.07 GMT de este lunes), según el último reporte del Instituto Nicaragüense de Estudios Territoriales (Ineter).

El epicentro de este terremoto fue localizado cerca del volcán Apoyeque, en el extremo norte del municipio de Managua, a pocos kilómetros del punto en que se originó el sismo que devastó la ciudad en 1972.

Una alerta roja se mantiene para las provincias de Managua y León desde que el jueves pasado un terremoto de magnitud 6,2 Richter dejó una persona muerta y al menos 1.600 casas dañadas en Nagarote y Managua.

Como producto de esa alerta el gobierno desplegó varios hospitales de campaña en Ciudad Sandino y Managua, con el objetivo de recibir a los pacientes que un fuerte terremoto pudiera causar.

Camiones de la Defensa Civil, vehículos de bomberos, ambulancias de la Cruz Roja y patrullas de la Policía Nacional pueden observarse en lugares estratégicos de Managua, para actuar en caso de una emergencia.

El terremoto de 6,2 grados Richter del jueves, sumado al de 6,7 Richter del viernes y al de 5,6 Richter del domingo, han dañado 2.379 viviendas, según las estimaciones preliminares del Sistema Nacional para la Prevención, Mitigación y Atención de Desastres (Sinapred).

En Nagarote y Managua al menos 400 familias han sido ubicadas en centros de albergue temporal, según el Sinapred.

Este lunes tocó día de pago para la mayoría de empleados nicaragüenses, por lo que las filas en los bancos parecían interminables.

Los establecimientos de provisiones alimenticias también tuvieron una afluencia poco normal para un día lunes.

El Consejo Superior de la Empresa Privada (Cosep) informó de que las empresas se comprometieron a no realizar variaciones en los precios, para no crear especulación en tiempos de crisis.

Los bancos también expresaron su compromiso de atender rápidamente a sus clientes este lunes, para evitar las aglomeraciones, informó el Cosep.

Al desastre físico se suman las consecuencias emocionales, razón por la que una mujer de 74 años falleció el domingo, señaló Murillo.

«Estos terremotos mentalmente son catástrofes, miles tienen las casas seriamente dañadas, y muchas más familias están afectadas por temor», advirtió la primera dama.

Aunque los nicaragüenses estaban preparados para un sismo fuerte como el de 1972, no lo estaban para una serie de ellos, reconoció.

«Para un escenario de múltiples terremotos, psicológicamente al menos, no estábamos preparados, es una continuidad de la alerta, de zozobra, de angustia», insistió Murillo.

Desde la noche del domingo empezaron a llegar a Managua especialistas en sismología de Venezuela y Cuba, otros dos geólogos del Centro Nacional de Prevención de Desastres (Cenapred) de México arribaron la mañana de este lunes y dos de Japón llegarán en el transcurso de la semana, informó la primera dama.

El Ineter reiteró que el enjambre o serie de sismos podría mantenerse en los próximos días, y no descartó que un evento destructivo se repita en cualquier momento en Managua o en cualquier otra zona de la cordillera volcánica que atraviesa el litoral Pacífico de Nicaragua. EFE

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