ONG une a sirios en defensa de su patrimonio cultural único

Foto de Archivo: La República.

Santander (España), 25 abr (EFE).- Heritage for Peace, una ONG que nació hace solo año y medio, ha conseguido que responsables del Gobierno sirio y de la oposición se sienten a hablar, dejando a un lado sus diferencias, y acuerden, en pleno conflicto, medidas para tratar de preservar uno de los patrimonios culturales más ricos del mundo.

La organización que preside Isber Sabrine, un arqueólogo sirio que se fue de su país al comienzo de la guerra y ahora vive en España, actuó de mediadora entre las dos partes con la idea de que es necesario actuar ya, sin esperar a que llegue la paz.

En ese empeño, la organización ha organizado un encuentro en Santander (norte de España) con el título de «Patrimonio cultural y conflictos. Lecciones para salvaguardar el patrimonio sirio», con la colaboración de instituciones españolas como el Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y la Universidad de Cantabria (UC).

El objetivo ha sido que quienes tienen en sus manos esa responsabilidad en Siria en ambos bandos aprendan de la experiencia ajena, de lo que han vivido antes que ellos egipcios, libios, iraquíes o bosnios en otros conflictos que han asolado excavaciones arqueológicas, monumentos y bibliotecas.

Según el profesor de la UC Jesús González Urquijo, que trabaja desde hace una década en proyectos de investigación arqueológica en la zona en Siria, Libia, Turquía y Jordania, la guerra está siendo «devastadora» para el patrimonio cultural del país.

«Es probablemente el mayor desastre en términos de patrimonio cultural de la historia desde la segunda guerra mundial», afirmó hoy a Efe.

La guerra ha dañado los seis lugares declarados patrimonio de la humanidad en Siria, entre ellos la ciudad histórica de Alepo, atravesada por las líneas del conflicto, el castillo Crac de los Caballeros, en la frontera con Líbano, que fue escenario de una batalla que ha dejado su estructura en muy mal estado, o la ciudad de Apamea.

Era una de las ciudades romanas mejor conservadas del Mediterráneo pero hoy se ha convertido en «un paisaje lunar», apunta Juan José Ibáñez, investigador del CSIC.

Los dos expertos subrayan que lo que ha ocurrido en otros países en conflicto como Líbano enseña que muchas veces las intervenciones para reconstruir lo destruido lo más rápido posible producen más daños en el patrimonio porque no se siguen los protocolos necesarios.

Esa es la razón de que uno de los primeros proyectos de Heritage of Peace sea la difusión de un manual que muestra cómo actuar, a veces con medidas sencillas y pequeñas para evitar grandes daños.

Sabrine deja claro que lo primero en una guerra son las vidas humanas, tratar de mitigar el sufrimiento de las personas y de buscar la paz, pero también recuerda que el patrimonio es muy importante para los pueblos porque es «su historia, es su identidad».

Ese convencimiento le llevó a crear una organización con la que ya ha tejido una red que llega a diez países y que ha logrado que los representantes gubernamentales y los de la oposición pongan en común en una base de datos la información de la que disponen sobre el patrimonio, la actualicen con los daños que se produzcan y la compartan para poder actuar.

Para Sabrine, en la batalla por preservar el legado de un país por el que han pasado «todas las civilizaciones», todos tienen que ganar y la única vía es «el diálogo». EFE

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