Brasil preparada para enfrentar protestas durante el Mundial

Río de Janeiro, 10 jun (EFE).- A dos días del partido inaugural del Mundial 2014, aún es una incógnita hoy en Brasil la magnitud que tendrán las protestas contra la organización del evento, pero las autoridades se dicen preparadas para garantizar la seguridad y la movilidad de los aficionados.

«La seguridad está lista para atender cualquier tipo de problema. Estamos tranquilos», afirmó el jefe del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas brasileñas, general José Carlos de Nardi, en una rueda de prensa en Río de Janeiro en la que fue interrogado por la posibilidad de que el Mundial sea amenazado por protestas.

De Nardi se abstuvo de decir si las autoridades responsables por la seguridad esperan protestas como las que se registraron el año pasado durante la Copa Confederaciones de la FIFA, cuando millones de brasileños salieron a la calle para exigir mejores servicios públicos, pero aclaró que el país está preparado para cualquier incidente sin importar la magnitud.

Las protestas convocadas hasta ahora contra el Mundial no han alcanzado la dimensión multitudinaria de las del año pasado, y el Gobierno, pese a que admite su preocupación, confía en que serán muy inferiores.

A las protestas contra el alto costo del Mundial y contra los supuestos desvíos de recursos públicos en las obras para la competición, se sumaron el año pasado marchas por mejores servicios públicos de personas convocadas de forma espontánea en las redes sociales y que este año no parece dispuestas a salir nuevamente.

«Nuestra sensación es que las manifestaciones serán menores, pero estamos preparados para todo», afirmó recientemente el ministro de Justicia, José Eduardo Cardozo, quien admitió que el año pasado el Gobierno no se había preparado para las protestas e incluso así no afectaron el torneo ni atrasaron ningún partido.

El jefe de la Secretaría Especial para la Seguridad de Grandes Eventos (SESGE), Andrei Rodrigues, dijo en la rueda de prensa de hoy que en esta oportunidad el Gobierno sí se preparó para hacer frente a las protestas, que serán toleradas mientras sean pacíficas y no violen el derecho de los aficionados a ir a los estadios.

Explicó que de los cerca de 1.870 millones de reales (unos 850 millones de dólares) invertidos en seguridad para el Mundial, 70 millones de reales (unos 32 millones de dólares) fueron destinados a la compra de armas no letales para los policías de las doce ciudades sedes del Mundial.

Rodrigues agregó que el Ministerio de Justicia entrenó a 13.000 policías que actuarán en las mismas doce ciudades con «buenas prácticas» para hacer frente a lasprotestas.

El responsable por la coordinación de la seguridad en los Grandes Eventos dijo que el entrenamiento fue planeado a partir de lo que se aprendió con las protestas de la Copa Confederaciones.

El jefe del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas dijo confiar en que la policía sabrá controlar las posibles protestas y aclaró que los militares sólo actuarán en casos excepcionales cuando las manifestaciones amenacen estadios o la locomoción de aficionados.

«El gran objetivo es que no pase nada en los estadios», dijo el militar al agregar que fueron creadas «fuerzas de contingencia» en cada ciudad sede, cada una con 3.000 soldados sin armas letales, que estarán preparadas para actuar en caso de emergencia.

Las protestas contra los altos gastos del Gobierno en el Mundial han perdido fuerza en las calles en las últimas semanas pese a que las encuestas muestran que la población está dividida al medio sobre el asunto. Los mismos sondeos indican que, incluso sin apoyar la organización del Mundial, la mayoría de los brasileños rechaza las protestas violentas.

El Gobierno, además, consiguió restarle fuerza a las posibles manifestaciones al llegar a un acuerdo para atender parte de las reivindicaciones del Movimiento de los Trabajadores Sin Techo, la organización social que más venía concentrando militantes en las manifestaciones contra el Mundial.

Con una expectativa de manifestaciones de menor tamaño, la gran preocupación son las huelgas con las que diferentes sindicatos quieren aprovechar la inminencia del Mundial para fortalecer sus reivindicaciones.

En las últimas semanas se registraron huelgas de conductores de autobuses públicos en las principales ciudades del país, en tanto que el metro de Sao Paulo estuvo paralizado por cinco días y los sindicalistas amenazan con cruzar los brazos de nuevo el jueves, cuando se disputa el partido inaugural del Mundial en esa ciudad.

El Gobierno también llegó a un acuerdo salarial que impidió una posible huelga de la Policía Federal. EFE

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