Sarkozy es detenido y declara por tráfico de influencias

París, 1 jul.- El expresidente conservador Nicolas Sarkozy fue llamado hoy a declarar ante la Policía Judicial de Nanterre, localidad cercana a París, sobre un caso de presunto tráfico de influencias y violación del secreto de instrucción.

Los agentes, según indicaron los medios franceses, le pusieron en régimen de «garde à vue», una medida inédita para un antiguo mandatario y durante la cual está bajo la jurisdicción de la Policía judicial y con asistencia letrada, lo que permite interrogarle hasta 48 horas.

Los investigadores intentan determinar si el exjefe de Estado y su entorno crearon una «red» de informadores que les mantenía al tanto de la evolución de los procesos judiciales que amenazaban al político conservador y jefe del Estado francés entre 2007 y 2012.

Sarkozy llegó a la sede policial poco después de las 08.00 hora local (06.00 GMT) y un día después de que también fueran interrogados su abogado, Thierry Herzog, y dos altos magistrados del Tribunal de Casación, Gilbert Azibert y Patrick Sassoust, que siguen en régimen de detención provisional.

De Azibert, cercano al letrado del expresidente, se sospecha que recababa información de consejeros del Tribunal Supremo sobre los avances en la investigación sobre presunta la financiación ilegal de la campaña que llevó a Sarkozy al Palacio del Elíseo.

Según esa teoría, el defensor de Sarkozy le prometió como contrapartida que el expresidente le ayudaría a conseguir un puesto en la administración de Mónaco que buscaba.

En el llamado «caso de las escuchas» se investiga, entre otros asuntos, si el político conservador recibió financiación ilegal para su campaña presidencial de parte de la multimillonaria heredera del grupo de cosméticos L’Oréal, Liliane Bettencourt, y del depuesto dictador libio Muamar el Gadafi.

Los investigadores basan sus sospechas, al menos en parte, en conversaciones obtenidas con escuchas telefónicas, que Sarkozy ha criticado y comparado con las prácticas de la policía secreta en la antigua Alemania del Este.

La detención amenaza con enturbiar aún más la reputación de Sarkozy justo cuando estudia volver a la política tras su derrota en 2012 ante el actual presidente francés, François Hollande.

Aliados de su partido conservador UMP —que lleva en una crisis de liderazgo por cuestiones sobre el gasto durante la campaña presidencial de Sarkozy en 2012— saltaron a defender al ex presidente. «Nunca se ha impuesto ese trato a un ex presidente, con ese brote de odio», dijo en su cuenta de Twitter el martes por la mañana el legislador Christian Estrosi.

El gobierno socialista, a su vez, intentó mantenerse al margen de la polémica.

«Las autoridades de justicia están investigando, deben llevar la tarea a su fin. Nicolas Sarkozy es un ciudadano que responde ante la justicia como cualquier otro», dijo el portavoz del gobierno Stephane Le Foll en la televisión i-Tele.

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