Presidenciable Marina Silva cambia posición sobre el matrimonio gay

Sao Paulo (AP) — La candidata presidencial socialista Marina Silva defendió el lunes su postura a favor de la unión civil entre homosexuales, y dijo que tiene los mismos derechos que el matrimonio, el cual, puntualizó, se establece entre un hombre y una mujer.

Silva, quien se retractó este fin de semana de un proyecto de ley para modificar la constitución y ampliar los derechos de los gay, sostuvo que en su plan de gobierno los derechos civiles de los homosexuales, lesbianas, bisexuales y transexuales «están mejor asegurados» que en el discurso de sus oponentes.

Recién llegada a la contienda presidencial después de que el candidato Eduardo Campos muriera en un accidente aéreo, Silva ya aventaja a la presidenta Dilma Rousseff con 10 puntos porcentuales en la última encuesta si la elección de octubre se decide, como se espera, en segunda vuelta. Las dos candidatas se atacaron fuertemente en un segundo debate el lunes en la que Silva criticó el desempeño económico de la mandataria. Rousseff arremetió contra su contrincante por restarle importancia a la exploración del petróleo.

Antes del debate, Silva, del Partido Socialista Brasileño, explicó su postura y dijo que el matrimonio y las uniones civiles otorgaban los mismos derechos.

«Hay muchas personas que confunden la unión estable y la unión civil», explicó Silva. «La unión civil asegura todos los derechos para las parejas que se unen y que son del mismo sexo. El matrimonio es entre personas de sexo diferente. Eso es lo que está asegurado en la constitución, en la ley brasileña, pero los derechos son iguales».

Inicialmente, Silva presentó en su plan de gobierno medidas que contemplaban un cambio para estipular el derecho al matrimonio homosexual en la constitución y el código civil, la articulación de apoyo para aprobar una ley que criminaliza la discriminación basada en orientación sexual y la eliminación de obstáculos para que las parejas homosexuales puedan adoptar hijos, entre otras propuestas.

Por ello recibió elogios de los grupos de defensa a los derechos de homosexuales. Pero menos de un día después del lanzamiento del proyecto de gobierno, la campaña modificó los puntos por «no retratar fielmente los resultados del proceso de discusión sobre el tema» y alegó que el malentendido se debió a una «falla en el procedimiento de la publicación».

«Yo estoy comprometida a debatir esos temas», dijo Silva en una rueda de prensa el lunes. «Nuestro programa tiene una agenda avanzada de respeto a los derechos, inclusive de los derechos a la comunidad LGBT. No queremos huir del debate, queremos promoverlo».

Silva, Rousseff y otros cinco candidatos se enfrentaron el lunes a un segundo debate rumbo a los comicios del 5 de octubre.

Con poco más de un mes para las elecciones, Silva lucía segura y confiada. La ex ministra de Medio Ambiente, de 56 años, era hace menos de tres semanas la compañera de fórmula del candidato que se posicionaba en un lejano tercer lugar, hasta que se estrelló el avión en el que viajaba el 13 de agosto. En cuestión de días, su popularidad aumentó vertiginosamente, lo que muchos analistas explican se debe al descontento con la actual administración entre los electores.

Silva atacó a Rousseff en el debate del lunes por los últimos datos de crecimiento de Brasil arrojados el viernes que indican que el país entró oficialmente en recesión por primera vez en más de cinco años.

«Cuando fue elegida en 2010, había un compromiso suyo de que Brasil iba a continuar creciendo, que las tasas continuarían bajas, que la inflación sería controlada. Hoy estamos viviendo una situación donde de cada cinco familias, tres están endeudadas, y una no puede pagar», dijo Silva.

Silva también encuentra más apoyo ya que hizo campaña para la presidencia en 2010 y ganó un inesperado 20% de los votos, a pesar de tener pocos recursos publicitarios. El último sondeo de Datafolha publicado el viernes mostró que Rousseff y Silva ahora incluso empatan en la primera ronda, donde cada una captura un 34% de la intención de voto. La segunda vuelta favorece a Silva con un 50%, cuando Rousseff solo obtuvo un 40%. La encuesta se basó en 2.874 entrevistas realizadas en todo Brasil y el margen de error fue de 2 puntos porcentuales.

Rousseff sigue siendo más popular entre los más pobres de Brasil, que se han beneficiado de las políticas de su Partido de los Trabajadores. En el debate, la mandataria fue a la defensiva y elogió sus programas sociales de salud y de vivienda al resaltar que sacaron de la pobreza a 36 millones de personas y elevaron a clase media a otras 42 millones.

«Vamos a continuar haciendo muchas cosas. Esto no solo se resuelve con buenas intenciones, sin discusión y sin negociación», dijo Rousseff, al criticar que Silva no tiene mucha influencia en el congreso por ser de un partido con pocos miembros. «Yo le aposté a la gobernabilidad, nunca negocié en contra de los intereses de Brasil».

La presidenta además criticó a Silva por reducirle importancia a acciones de producción de petróleo en el yacimiento Presal, que produce 500.000 barriles al día y es un gran motor de la economía del país.

«Presal es uno de los mayores patrimonios del pueblo brasileño», dijo Rousseff. «El petróleo no puede ser demonizado como la señora dice».

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