Ya es oficial: Aécio Neves irá a segunda vuelta con Dilma

Aecio Neves, candidato presidencial del Partido de la Social Democracia Brasileña, hace el gesto de la victoria tras votar en Belo Horizonte, Brasil, el domingo 5 de octubre de 2014. (AP foto/Eugenio Savio)

Las elecciones presidenciales de Brasil se decidirán en una segunda vuelta entre la mandataria Dilma Rousseff y el popular exgobernador Aécio Neves, en los comicios más impredecibles desde el regreso de la democracia en 1985.

Contabilizados 92% de los votos Rousseff obtenía 41% y Neves 34%, según los resultados del máximo tribunal electoral que supervisa la elección en el gigante sudamericano.

El Tribunal Superior Electoral informó que en tercer lugar se encuentra la ecologista Marina Silva, del Partido Socialista Brasileño (PSB), con 20,90 %.

Como ninguno de los candidatos obtuvo más de la mitad de los votos, la Presidencia será definida en una segunda vuelta, prevista para el 26 de octubre, entre Rousseff, del oficialista Partido de los Trabajadores (PT), y Neves, aspirante por el Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB).

Silva, que fue la tercera candidata más votada en las elecciones presidenciales de 2010, cuando también alcanzó cerca del 22 % de los votos, llegó a ser señalada como la favorita a la Presidencia, poco después de que el PSB la postulara como su candidata en lugar de Eduardo Campos, que murió en un accidente aéreo el 13 de agosto.

Una campaña agresiva de Rousseff habría erosionado el apoyo popular con el que contaba Silva, que sólo entró en la contienda presidencial a mediados de agosto después de que un accidente aéreo acabó con la vida del candidato original que había elegido el Partido Socialista.

Se creía que Silva iba a aprovechar el generalizado desprecio que los brasileños sienten por la clase política, cuya ira provocó masivas protestas en todo el país en contra el gobierno el año pasado. Las encuestas realizadas después de las manifestaciones de hace más de un año indicaban que Silva fue de las pocas figuras políticas que había salido ilesa, lo que habría permitido conservar su reputación de política honesta en medio de lo que los brasileños perciben como un mar de corrupción.

Pero Silva no aguantó la andanada de ataques que la mostraron como una política sin convicciones firmes, indecisa y sin el temple necesario para dirigir la quinto economía del mundo; algo que remarcaron los comerciales de Rousseff y de candidato opositor, Aecio Neves.

«Marina Silva lo intentó pero no fue capaz de transmitir un mensaje de cambio. Sólo respondiendo a los ataques», dijo Paulo Sotero, director del Instituto Brasil en el Centro Internacional Woodrow Wilson Para Académicos, en Washington. «Hemos visto las campañas negativas, pero nunca a este nivel de ferocidad.»

El apoyo de Rousseff se elevó a 46% en las primeras horas de la encuesta lanzado antes de la votación. Pero incluso el líder dijo que era poco probable que ella pudiera sacar adelante para ganar la mayoría absoluta necesaria para evitar una segunda vuelta electoral el 26 de octubre.

«Yo estoy trabajando con la idea de que habrá una segunda vuelta», dijo Rousseff justo antes de emitir su voto en el sur de Brasil, donde vivió por muchos años y la política entró por primera vez.

Neves, del Partido de la Social Democracia Brasileña, es el exgobernador del estado de Minas Gerais, el segundo más poblado del país. Descendiente de una familia de políticos, es nieto de Tancredo Neves, el primer presidente electo tras el régimen militar que murió sorpresivamente un día antes de su toma de posesión. Propone una mayor apertura al capital privado, la autonomía del Banco Central y la búsqueda de más acuerdos bilaterales con Europa y Estados Unidos.

Analistas han llamado a esta elección la más incierta desde el regreso de la democracia en 1985.

La campaña se volvió impredecible después de que en agosto Silva, una conocida ecologista oriunda del Amazonas, se postuló a la presidencia y amenazó seriamente las probabilidades de la que era hasta entonces una cómoda reelección de Rousseff.

Hace menos de dos meses Silva, la exministra de Medio Ambiente, era sólo la compañera de fórmula de Eduardo Campos, quien falleció en un accidente de avión el 13 de agosto. Con su candidatura la campaña se intensificó y la exministra llegó a estar 10 puntos por encima de Rousseff, pero la agresiva propaganda del Partido de los Trabajadores la dejó fuera de juego para la segunda vuelta prevista para el 26 de octubre.

Durante las últimas semanas, noticias contrastantes sobre el desempeño económico y social impactaron al país.

Después de ser sede del Mundial de fútbol en junio y julio, Brasil entró en una recesión técnica en agosto por el crecimiento negativo del Producto Interno Bruto. Pero al mismo tiempo números de organizaciones internacionales revelaron que el país redujo de manera significativa la pobreza extrema y salió prácticamente del mapamundi del hambre global de las Naciones Unidas.

Rousseff repitió varias veces en campaña que 42 millones de brasileños escalaron de la clase baja a la clase media desde que el Partido de los Trabajadores ha ocupado el poder, primero con el presidente Luiz Inácio Lula da Silva.

«La gente en Brasil está contenta con lo que ha pasado en los últimos 12 años. Ahora piensan que pueden lograr mucho más y pueden mejorar mucho más rápido», dijo Peter Hakim, presidente de Diálogo Interamericano. «Quieren proteger lo que ya tienen pero no quieren arriesgarse a perderlo todo», agregó.

Hace un año millones de brasileños salieron a las calles a manifestarse contra el gobierno en demostraciones que paralizaron varias ciudades por dos semanas. El descontento provenía de la clase media recién cimentada que exigía mejor salud, calidad en las escuelas y eficiencia en el transporte urbano.

Atender las demandas de ese sector insatisfecho es la tarea pendiente para quien sea el mandatario de la séptima potencia del mundo los próximos cuatro años.

El abogado Roberto Germanos contó a The Associated Press que participó en una de las manifestaciones que paralizaron Brasil en 2013 porque estaba en desacuerdo con el papel del gobierno para organizar el Mundial. «Participé en las protestas porque me parecía una oportunidad de protestar… contra la Copa, los gastos. Mucha gente no estaba contenta».

Germanos explicó que después de «tantos años con el PT (Partido de los Trabajadores) ahora queremos una opción diferente» y que por ello decidió votar por Neves porque «no es el ideal pero es el más consistente y coherente con sus ideas: mercado libre, gobierno más pequeño, menos impuestos, menos tasas».

Se espera que los resultados de la votación se conozcan a las pocas horas de que cierren las urnas en todo Brasil. Al haber una diferencia de horario en zonas del norte del país, se comenzaran a divulgar a partir de las 2200 GMT.

Algunas urnas viajaron en barco durante días para llegar a los pueblos distantes de la selva del Amazonas, mientras que otras miles se esparcieron alrededor de la ciudad industrial de Sao Paulo, donde viven más de 20 millones de personas que representan 15% de todos los votos.

La presidenta de Brasil Dilma Rousseff, que busca su reelección por el Partido de los Trabajadores, muestra el comprobante que indica que ya emitió su voto electrónico en Porto Alegre, Brasil, el domingo 5 de octubre de 2014.  (AP foto/Felipe Dana)
La presidenta de Brasil Dilma Rousseff, que busca su reelección por el Partido de los Trabajadores, muestra el comprobante que indica que ya emitió su voto electrónico en Porto Alegre, Brasil, el domingo 5 de octubre de 2014. (AP foto/Felipe Dana)
La candidata presidencial ecologista Marina Silva vota hoy, domingo, 5 de octubre de 2014, en la sede del Incra en Río Branco (Brasil).   EFE/ Fernando Bizerra Jr.
La candidata presidencial ecologista Marina Silva vota hoy, domingo, 5 de octubre de 2014, en la sede del Incra en Río Branco (Brasil). EFE/ Fernando Bizerra Jr.
El expresidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva (i), saluda a seguidores del Partido de los Trabajadores tras votar hoy, domingo 5 de octubre de 2014, en un colegio electoral en la ciudad de Sao Bernardo do Campo (Brasil) en el marco de las elecciones en el país. EFE/Sebastião Moreira
El expresidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva (i), saluda a seguidores del Partido de los Trabajadores tras votar hoy, domingo 5 de octubre de 2014, en un colegio electoral en la ciudad de Sao Bernardo do Campo (Brasil) en el marco de las elecciones en el país. EFE/Sebastião Moreira

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