Andrés González analiza la convulsión social en Hong Kong

Andrés González.

Andrés González, politólogo y catedrático universitario, analizó los alcances de las movilizaciones que las pasadas semanas tuvieron lugar en Hong Kong. Durante una entrevista en el programa ‘24/7 con Jorge Ortiz’, González reflexionó en torno al contexto político e histórico de ésta región asiática, que hasta 1997 fue una colonia británica y que se ha nutrido, en virtud a su particular situación cultural y estatus jurídico, de los valores democráticos de Occidente.

Precisamente, el tema que suscitó el conflicto en Hong Kong fue la exigencia, por parte de líderes estudiantiles, de libertad para elegir a sus candidatos a líderes del gobierno de Hong Kong, que en la actualidad son propuestos por el gobierno de Pekín. “China es un país socialista, tiene ciertos sesgos de apertura a Occidente, más en el lado comercial y económico, no en el lado político”, apuntó González, para explicar el choque entre las nociones democráticas occidentales de Hong Kong versus las comunistas de China.

Preguntado sobre los motivos –probables– que ocasionaron el fin de estas manifestaciones pro democráticas, González ha aventurado la posibilidad de un acuerdo: “estos movimientos tienen sus puntas y luego se van de bajada, sobre todo, porque los gobiernos han aprendido a dialogar”. Es decir, él considera que el gobierno de Pekín accedió a ciertas concesiones, probablemente no las sustanciales.

No descarta, además, fraccionamientos: “Este tipo de movimientos a veces también tienen muchos roces internos, quizás hacia adentro del movimiento hubo discrepancias entre los que no querían una confrontación violenta con la policía y los que sí, entonces, al parecer la mayoría decidió dispersarse […], y así evitar un choque demasiado violento”. Para esos gobiernos, señaló González, está sobre todas las cosas la responsabilidad del Estado de mantener el orden social.

No considera que estos movimientos sean el inicio de algo mucho más grande, en términos históricos, como fue la caída del Muro de Berlín, la descomposición de la Unión Soviética y el fin de los totalitarismos comunistas de Europa del Este. “Yo creo que el gobierno en Pekín es lo suficientemente fuerte para soportar estos movimientos que en un país tan grande y diverso como la China tienen sus épocas, […] el gobierno chino tiene las riendas”. A lo que agrega que las protestas de Hong Kong son un punto a favor “porque lograron que el desorden social desaparezca sin violencia”.

Por último, dejó en claro que no considera que el movimiento fracasó en su intento de generar más democracia en Hong Kong. “Yo creo que tuvieron éxito, pusieron la bandera en alto para demostrar que hay una sociedad civil movilizada, teologizada y globalizada que puede llegar a llamar la atención”. Sobre todo, resaltó los mecanismos que usaron puesto que, pese al control chino del internet, gracias a la tecnología de Bluetooth, lograron convocarse.

La entrevista completa:

 

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