Argentina lanza con éxito primer satélite propio para telecomunicaciones

Foto por Infobae.

Buenos Aires, 16 oct (EFE).- Argentina lanzó hoy su primer satélite geoestacionario de telecomunicaciones de diseño y desarrollo propio, un acontecimiento que el Gobierno del país suramericano calificó como un «hecho histórico».

Tras siete años de trabajo, el Arsat-1, fabricado por la estatal firma Invap en la sureña ciudad argentina de Bariloche, fue lanzado hoy a las 21.44 GMT desde la base espacial Kourou, de la Guayana Francesa, en el cohete Ariane 5.

El satélite, que se desprendió del cohete a las 22.17 GMT y ya es monitoreado por una estación de control en la localidad bonaerense de Benavídez, alcanzará en un período de unos diez días su posición orbital, a casi 36.000 kilómetros de altura.

El lanzamiento fue seguido desde la estación en la Guyana Francesa por el ministro de Planificación argentino, Julio de Vido, y la ministra de Enseñanza Superior e Investigación francesa, Najat Vallaud-Belkacem, y fue transmitido en directo en Argentina por el canal de la Televisión Pública.

Una vez que la operación fue considerada «exitosa» por los responsables del lanzamiento, la presidenta argentina, Cristina Fernández, dio una mensaje por la cadena nacional de radio y televisión en la que se mostró emocionada y con un «gran orgullo» por este acontecimiento «histórico» para el país.

«Siento un inmenso orgullo como argentina, como presidenta de todos los argentinos. (…) Ya están desplegadas las alas del Arsat y también están desplegadas las alas de los argentinos y de Argentina», dijo la mandataria.

Fernández afirmó que «en tiempos en que los fondos buitre, con alas negras, quieren embargar el presente de Argentina e hipotecar la vida de millones de argentinos y que otros de adentro quieren derogar los sueños y el futuro, decimos que el futuro no se deroga y que las alas de Argentina están desplegadas».

«Son las alas blancas del progreso, de la ciencia, de la tecnología, de la libertad, de la igualdad, las alas de la patria», concluyó Fernández, entre lágrimas.

El Arsat-1, de tres toneladas de peso y una vida útil calculada en unos quince años, ofrecerá una amplia variedad de servicios de telecomunicaciones como telefonía, televisión y transmisión de datos, a Argentina, Chile, Uruguay y Paraguay.

El cuerpo principal del Arsat-1 mide 2 metros por 4,4 metros, pero con sus paneles solares desplegados alcanza 16,42 metros de envergadura, y una antena de comunicaciones de 2 metros de diámetro.

«El cohete deja al satélite a unos 50 kilómetros de la Tierra. Después el satélite, ya con propulsión propia, se va impulsando en orbitas elípticas hasta llegar a la orbita geoestacionaria», explicó hoy a Efe Guillermo Rus, vicepresidente de Arsat, empresa que depende del Ministerio de Planificación argentino y es la encargada de operar el aparato.

El satélite gravitará a 35.786 kilómetros sobre el nivel del mar y en esa órbita los satélites dan una vuelta a la Tierra por día, es decir, su periodo orbital es igual al de la rotación del planeta.

Hasta el desarrollo del Arsat-1, Argentina contaba tan sólo con tecnología para fabricar satélites de órbita baja, como el SAC-D, lanzado en 2011 para estudiar la salinidad del mar y detectar zonas de riesgo para incendios e inundaciones.

El proyecto del Arsat-1 germinó en 2007, con el plan nacional de comunicaciones «Argentina conectada», que tenía como objetivo poner en órbita un satélite que permitiera dar servicios a porciones del extenso territorio argentino adonde no llega la fibra óptica.

El desarrollo del satélite tuvo un coste de 270 millones de dólares, según precisó Rus, quien destacó la «apuesta por la capacidad» de los técnicos argentinos, cerca de 500 profesionales que trabajaron en el diseño, la fabricación, los ensayos y la puesta a punto del satélite.

Rus confirmó a Efe que el Arsat-2, que también dará servicios de telecomunicaciones pero con capacidad para cubrir todo el continente americano, será lanzado a mediados del próximo año.

Según el Gobierno de Fernández, con el «hito» de hoy Argentina se suma al selecto «club» de países que producen este tipo de satélites y que integran Estados Unidos, Rusia, China, Alemania, Francia, Japón y la India. EFE

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