Un respetado tecnócrata, físico e intelectual, nuevo jefe del Pentágono

Ashton Carter. (Photo by Alex Wong/Getty Images)

Washington, 12 feb (EFE).- Ashton Carter, un reputado tecnócrata doctor en Física e Historia Medieval, vuelve al Pentágono como su nuevo jefe, después de haber ejercido como «número dos» con eficiencia y discreción, atributos con los que se granjeó el respeto de civiles y militares.

Aunque no ha servido en las Fuerzas Armadas como algunos de sus predecesores, cuando en 2013 dejó su cargo como subsecretario del Departamento de Defensa el jefe del Estado Mayor Conjunto de EE.UU., el general Martin Dempsey, no escatimó en elogios.

Dempsey se refirió a Carter, durante su ceremonia de despedida, como «una de las figuras más importantes y menos conocidas en Washington, que trabajó sin el glamour o la fama, en segundo plano, para asegurarse de que a través de una buena gestión, sentido común y disciplina somos una organización que continúa adaptándose».

Esta vez Carter será la cabeza de una de las carteras con más peso, desde la que tendrá que enfrentarse con recortes de presupuesto al tiempo que garantiza el máximo nivel de preparación de las tropas de EE.UU. en un panorama internacional voluble.

Su confirmación es el último eslabón en un proceso de nominación que, pese a las más de cinco horas de interrogatorio y las 300 preguntas escritas que tuvo que responder, superó sin problema, con la seguridad de conocer bien los entresijos de su nuevo cargo.

Carter fue subsecretario de Defensa de 2011 a 2013, periodo en el que trabajó dos años a las órdenes del secretario León Panetta, y uno con Chuck Hagel, a quien sustituye en el cargo.

Su nombre estuvo entre los candidatos del presidente estadounidense, Barack Obama, cuando propuso a Hagel en enero de 2013 para tomar las riendas del Pentágono, algo que no encajó bien.

Quienes lo conocen coinciden en calificarlo de eficiente, resolutivo y brillante.

Experto en política y en el manejo de la burocracia, Carter tendrá que demostrar su capacidad para liderar la lucha contra el Estado Islámico (EI) que ha emprendido la Casa Blanca.

Anteriormente fue subsecretario para Adquisiciones, Tecnología y Logística (2009-2011), a cargo de las compras de armamento, y ayudó a acelerar el envío de armas y vehículos blindados para proteger a las tropas en Irak y Afganistán.

Licenciado en Física e Historia Medieval por la Universidad de Yale con el reconocimiento de «summa cum laude», es autor de una tesina sobre los monjes del siglo XII en Flandes, dos áreas que no tienen ninguna relación entre ellas excepto que ambas le «fascinan», según el propio Carter, quien además recibió la afamada Beca Rhodes, con la que estudió un doctorado en Física teórica en la Universidad de Oxford.

Una mente práctica que se queda con todos los detalles y que le gusta que las reuniones concluyan con resultados, según quienes han trabajado con él, que aseguran que también defiende su posición con firmeza.

Esa seguridad es lo que le costó su primer trabajo a los 11 años limpiando vehículos en el área de Filadelfia por llevar la contraria a su jefe, algo que le podría traer algún disgusto con Obama.

Cuartel General del Pentágono Foto de Archivo: La República.
Cuartel General del Pentágono Foto de Archivo: La República.

En el pasado, se mostró a favor de mantener un contingente de tropas en Irak después de 2011.

Durante el Gobierno del presidente demócrata Bill Clinton fue secretario adjunto de Política de Seguridad Internacional del Departamento de Defensa (1990-1993).

Su especialidad es el control de armas nucleares, un área en la que ha trabajado, tanto dentro como fuera de la Administración, en numerosos estudios analizando cómo contener su expansión y cómo debería estar preparado Estados Unidos.

Aunque no ha llevado uniforme es conocido entre la tropa por sus múltiples viajes a Afganistán y sus visitas -no publicitadas- al hospital militar Walter Reed, en Bethesda (Maryland).

En el Pentágono es recordado, además, por el gesto que tuvo al devolver un quinto de su sueldo en solidaridad con los recortes de jornada y salario que sufrieron los empleados civiles en 2013.

Tanto republicanos como demócratas alaban su trabajo concienzudo y su sobresaliente capacidad intelectual.

Carter es el cuarto secretario de Defensa en los seis años que lleva el presidente Obama en la Casa Blanca, tras Robert Gates, Leon Panetta y Chuck Hagel, y el primer subsecretario de Defensa que llega a la cúspide del Pentágono desde 1994.

En el curso de su carrera en la Administración, ha sido cuatro veces reconocido con la Medalla del Servicio Distinguido del Departamento de Defensa y también ha recibido la medalla de Defensa de Inteligencia por sus contribuciones en este campo.

Antes de su última etapa en el Gobierno, fue director del programa de Relaciones Internacionales del Centro de Gobierno Kennedy y miembro de la junta directiva del Centro Belfer, ambos de la Universidad de Harvard.

Carter, casado y padre de dos hijos, es autor de numerosos artículos, publicaciones científicas, estudios sobre la Administración, y ha participado en la edición o elaboración de once libros. EFE

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