Kenia ataca supuestos objetivos radicales en Somalia

Zapatos abandonados junto al hoipedaje Elgon A dentro de la Universidad de Garissa, lunes 6 de abril de 2015. El ejército de Kenia lanzó ataques aéreos contra radicales islámicos en Somalia tras un ataque extremista contra una universidad keniata en el que murieron 148 personas, dijo un vocero militar el lunes. (AP Foto)

NAIROBI, Kenia (AP) — Kenia lanzó ataques aéreos contra milicianos islámicos en Somalia luego que un ataque extremista contra una universidad keniana dejó 148 personas muertas la semana pasada, informó un portavoz militar el lunes.

Algunos parientes de los muertos se congregaron en una casa funeraria en Nairobi para ver los cuerpos de sus seres queridos. Oraron bajo un toldo y entraron al salón de acuerdo con los nombres que leía un empleado. Muchos lloraban al salir.

Fuerzas del ejército recorrieron el lunes las instalaciones de la Universidad de Garissa, en la población del mismo nombre en el noreste del país, donde Al Shabab realizó el jueves su ataque más sangriento en territorio keniano. Había zapatos por todas partes y ropa colgada cerca de un dormitorio.

Aviones de Guerra de Kenia atacaron el domingo en la tarde y el lunes en la madrugada la región somalí de Gedo, dijo el coronel David Obonyo, del mando militar keniano. Gedo se ubica directamente al otro lado de la frontera de Kenia, en el oeste de Somalia.

Los aviones bombardearon el domingo los campamentos pero el lunes advirtieron movimiento y atacaron nuevamente, dijo Obonyo.

Los campamentos, utilizados para almacenar armas y facilitar apoyo logístico, fueron destruidos pero fue imposible determinar las bajas infligidas debido a la mala visibilidad desde el aire, apuntó.

«Esto forma parte de nuestras operaciones en curso, no es sólo en respuesta a Garissa», aseguró.

Los aviones volaron algunos minutos y después comenzaron a bombardear la zona», dijo la señora Hawa Yusuf, habitante de la aldea de Gabdon, cerca de la localidad de Beledhawa que está próxima a la frontera de Somalia con Kenia.

«Desconocemos si hubo muertos y heridos», afirmó Yusuf por teléfono.

Otro habitante de Gabdon, Ali Hussein, dijo que «los aviones bombardearon una pradera a la que nómadas a menudo llevan a pastar a sus animales».

«No tenemos conocimiento de que hubiera ahí campamentos militares. Los aviones lanzaron bombas en toda la zona», agregó.

Al-Shabab a menudo aprovecha los arbustos en la zona para ocultar a sus combatientes y medios de transporte.

Al Shabab, con sede en Somalia, se adjudicó el ataque del pasado jueves contra la universidad en Garissa e informó que fue en represalia por el envío de efectivos kenianos a Somalia en 2011 para que combatieran al grupo ante las incursiones y secuestros que sus miembros efectuaban al otro lado de la frontera.

Esos ataques se han incrementado en Kenia y los civiles han sido a menudo los objetivos.

Los efectivos kenianos que se encuentran en Somalia forman parte de una fuerza de la Unión Africana y brindan apoyo al acosado gobierno somalí. Kenia ha lanzado antes ataques aéreos.

Cuatro combatientes de al-Shabab murieron en la operación del jueves para repeler el asedio y sus cadáveres acribillados por las balas fueron puestos en exhibición en Garissa.

Uno de los agresores muertos era un keniano, graduado en derecho e hijo de un funcionario en el condado Mandera, fronterizo con Somalia.

Cinco personas fueron detenidas ante la sospecha de que están implicadas en el ataque en Garissa; una de ellas es un tanzanio al que se encontró oculto bajo una cama en la universidad, dijo un policía.

En contradicción con una declaración anterior del gobierno, el hombre no portaba granadas, dijo el agente, que habló bajo la condición de anonimato por no estar autorizado a hacer declaraciones a la prensa.

Un miembro importante del Parlamento, Aden Duale, dijo que hay labor por hacer para impedir que jóvenes kenianos se conviertan en seguidores del extremismo.

«Algunos de nuestros jóvenes han caído víctima de esta ideología demoniaca de al-Shabab», declaró.

«Emprenderemos una campaña inmediata, de gran escala y sostenida para recuperar los corazones y mentes de nuestros jóvenes en nuestros distritos electores y otras zonas en general. Reconocemos que algunas de nuestras instituciones religiosas han tenido cierto papel en la radicalización y propagación de esta ideología», apuntó. (I)

Por Christopher Torchia y Tom Odula, Associated Press

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