Ex miembros de los talibanes se pasan al Estado Islámico en Afganistán

Un soldado iraquí sostiene su arma en un puesto de vigilancia, durante una puesta de sol, tras enfrentamientos con extremistas de Estado Islámico en Tikrit, a 130 kms (80 millas) al norte de Bagdad, Irak. (Foto AP/Khalid Mohammed)

Kabul, (EFE).- El Gobierno y los servicios de inteligencia afganos denunciaron hoy que antiguos miembros del movimiento talibán se han pasado en Afganistán a las filas del Estado Islámico (EI), llevando a cabo actos «horrorosos» como el atentado de ayer con 35 muertos.

«Ex guerrilleros talibanes ahora enarbolan la bandera negra (del EI) y han comenzado a cometer actos horrorosos como decapitaciones, asesinatos en masa y atentados con bomba para mostrar» su unión al grupo yihadista, dijo en una comparecencia televisada el subdirector de los servicios secretos de Afganistán (NDS), Hassamuddin Hassam.

El ministro del Interior afgano, Noor-ul-Haq Ulomi, también afirmó hoy que «son los grupos de siempre que únicamente han cambiado sus nombres (…): un día aparecen con el aspecto de Al Qaeda, otro día con el de los talibanes y ahora con el del EI».

En el mismo sentido se pronunció el parlamentario afgano Ali Akbar Qasimi, quien aseguró a Efe que atentados como el de ayer los perpetran «grupos criminales de extalibanes».

«Esos grupos se están esforzando duro para llevar a cabo más actos inhumanos como los que el Daesh (el acrónimo del EI en árabe) comete en Siria e Irak, y ahora los civiles son su desafortunado objetivo», sentenció el parlamentario.

Peer Pakhsah Gardiwal, otro diputado de la provincia de Nangarhar (en cuya capital, Jalalabad, se produjo ayer el atentado), comentó a Efe que el «Gobierno es incapaz de manejar la situación y devolver la seguridad» a la región.

«La gente tiene miedo y prefiere permanecer en sus casas, porque teme que se produzcan los mismos tipos de ataques», añadió Gardiwal.

Según el último recuento de víctimas del atentado, difundido por el director del Departamento de Salud de Nangarhar, Najibullah Kamawal, entre los 125 heridos, 19 se encuentran en estado grave y 9 han tenido que ser traslados a Kabul para recibir tratamiento.

La magnitud de la tragedia multiplicó hoy las muestras de repulsa.

«Condenamos de manera rotunda estos ataques contra civiles, que para nosotros son crímenes de guerra. (…) El ataque de ayer es una tragedia», dijo en rueda de prensa el portavoz de la Comisión Independiente de Derechos Humanos de Afganistán, Rafiullah Baidar.

El portavoz recordó, durante un acto conjunto en Kabul con el director de la misión de la ONU en Afganistán (UNAMA), Nicholas Haysom, que la «población está atemorizada» ante «horrorosos incidentes recientes», como «decapitaciones, secuestros o bombas en espacios públicos».

Su discurso coincidió con el de Haysom, que expresó su «total preocupación sobre el temerario asesinato de seres humanos» en el atentado, en el que un atacante suicida detonó los explosivos que portaba frente a un banco donde se encontraban decenas de personas, incluidos funcionarios del Gobierno, para cobrar sus salarios.

Sin embargo, el director de la UNAMA se mostró precavido a la hora de acusar directamente al Estado Islámico por el atentado, a pesar de que el grupo yihadista lo ha reivindicado y el propio presidente afgano, Ashraf Gani, culpó ayer al EI de la tragedia.

«Hay muchas versiones contradictorias para establecer si se trata realmente del Daesh o tan solo de grupos armados insurgentes que buscan una bandera a la que unirse», sentenció Haysom.

En los últimos meses se ha culpado al Estado Islámico de cometer varias acciones terroristas en Afganistán, como la decapitación el viernes de cuatro civiles en la provincia de Ghazni o el secuestro en varios puntos del país de miembros de la minoría étnica hazara y de musulmanes chiíes. EFE

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